lunes, 30 de agosto de 2010

El diario de Sor Faustina

Sor Faustina escribió, por orden de JESÚS, en un diario, toda una serie de revelaciones divinas y experiencias místicas, a través de las cuales dio a conocer el mensaje de la Divina Misericordia. Este mensaje comenzó a extenderse al resto del mundo tras su muerte y especialmente al terminar la Segunda Guerra Mundial.

Algunos fragmentos de especial interés en este diario, son por ejemplo:

(1075) "A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa [protege] a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas Juez sino (21) Salvador misericordioso. En esta última hora el alma no tiene nada en su defensa fuera de Mi misericordia. Feliz el alma que durante la vida se ha sumergido en la Fuente de la Misericordia, porque no la alcanzará la justicia."


(1448) "Escribe de Mi Misericordia. Di a las almas que es en el tribunal de la misericordia donde han de buscar consuelo [367]; allí tienen lugar los milagros más grandes y se repiten incesantemente. Para obtener este milagro no hay que hacer una peregrinación lejana ni celebrar algunos ritos exteriores, sino que basta acercarse con fe a los pies de Mi representante y confesarle con fe su miseria y el milagro de la Misericordia de Dios se manifestará en toda su plenitud. Aunque un alma fuera como un cadáver descomponiéndose de tal manera que desde el punto de vista humano no existiera esperanza alguna de restauración y todo estuviese ya perdido. No es así para Dios. El milagro de la Divina Misericordia restaura a esa alma en toda su plenitud. Oh infelices que no disfrutan de este milagro de la Divina Misericordia ; lo pedirán en vano cuando sea demasiado tarde."



Jesús hizo otros encargos a Sor Faustina, uno de ellos fue el de pintar una imagen para ser venerada, concretamente, le dijo “Pinta una Imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción: ¡Jesús, yo confío en Ti!. Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de la muerte. Yo, el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria”.


A continuación muestro la imagen original de la Divina Misericordia, pintada en 1934, por E. Kazimirowski, siguiendo las instrucciones de Santa Faustina Kowalska (Polonia) y venerada por primera vez el 26 de abril de 1935, en la ceremonia que coincidió con el primer domingo después de Pascua.

La imagen tiene la inscripción: “¡Jesús, yo confío en Ti!”, “Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas-.

Posteriormente en el año 2003, fue restaurada, debido al deterioro sufrido como consecuencia del mal estado de conservación.

Después de esta imagen, se han pintado otras muchas, destacando la realizada en 1944, por Adolf Hyla, muy venerada en la actualidad.

También le encargo que difundiera el rezo de la corona de la Divina Misericordia, diciéndole: “Esta oración sirve para aplacar la ira de Dios. La rezarás, … en tu rosario ordinario de la siguiente manera: al principio rezarás un Padre Nuestro, un Ave María y un Credo. Después rezarás en las cuentas grandes: “Padre Eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Tu Amadísimo Hijo y Señor Jesucristo para implorar el perdón de nuestros pecados y de los del mundo entero”. En los granos pequeños: “Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. Al final rezarás tres veces: “Santo Dios, Santo Omnipotente, Santo Inmortal, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”.

En el enlace muestro el rezo completo de la coronilla de la Misericordia

https://docs.google.com/fileview?id=0B-NIEF_q6xiHOTRmNzkwNGItMTIzYi00OTRiLTllODAtMGZjNDljOGE3YTk1&hl=es

viernes, 27 de agosto de 2010

La devoción al Santo Rosario



ORIGEN.


En primer lugar hay que saber que el término Rosario, procede del latín rosarium, «rosal», y se le compara con una corona de rosas o ramillete de rosas dedicado a la Virgen. Éste es un rezo tradicional católico, que conmemora veinte "misterios" de la vida de Jesucristo y de la Virgen María, recitando después de cada uno un Padre nuestro, diez Ave María y un gloria y diversas jaculatorias (oraciones vocales breves, que expresan amor, cariño,…).

El Rosario originalmente viene de la India, de un artefacto similar usado hace miles de años para recitar mantras (silabas, palabras, frases, que son repetidas varias veces y llevan a la persona a un estado de concentración) llamado “japa mala” que consta de 108 cuentas. En el Islam también se usa algo parecido llamado “tasbih”

El Rosario comenzó a utilizarse alrededor del año 800. Cuando en los monasterios se suelen recitar los 150 salmos cada día, y a los fieles que no eran sacerdotes ni monjes, pero querían imitar a los monjes, se les enseñó una práctica más sencilla: la de recitar 150 avemarías. Esta devoción tomó el nombre de "el salterio de la Virgen".

En esta época, en Irlanda, se establece la costumbre de hacer nudos en un cordel (o ensartar pequeñas pepitas en él) para contar, en vez de los salmos, las Ave Marías. Y fueron estos misioneros irlandeses, quienes más tarde propagaron dicha costumbre en Europa.

Un papel importante en su origen se atribuye a Santo Domingo de Guzmán, en el año 1.208; en esta época Francia sufre las consecuencias de la herejía Albigense, conocidos como CÁTAROS, (ésta enseña que existen dos dioses, el bueno, creador de todo lo espiritual y el malo, creador de todo lo material. Por tanto para los Albigenses, lo material es malo y en consecuencia el cuerpo que es material, también se considera malo, como Jesús tuvo un cuerpo, eso significa que JESÚS no puede ser DIOS. También negaban los sacramentos, la verdad de que María es la Madre de Dios, no reconocían la autoridad del Papa y establecieron sus propias normas).

Ante esta situación, Santo Domingo, pide la protección de la virgen que le revela la necesidad de propagar la devoción del Rosario, la forma de rezarlo, y la posibilidad de utilizarlo como un arma contra los enemigos de la fe.

Posteriormente en 1.349, el fraile Alan de la Roche, superior de los dominicos, de la misma provincia francesa en la que surgió la devoción al Rosario, tuvo una aparición, en la que la Virgen, le pidió que reviviera la costumbre de rezar el Rosario. La labor de propagación por los hermanos dominicos, comenzó en 1.460, adquiriendo la forma que tiene actualmente.

La fiesta del Santo Rosario, se instituyó formalmente el 7 de octubre de 1.571, después de la batalla de Lepanto, en la que se rezó el rosario, para que la Virgen intercediera por la victoria de los cristianos, frente a los turcos.

Más recientemente, encontramos el consejo dado por la Virgen de Fátima, en sus apariciones de mayo del año 1.917, pidiendo el rezo del Rosario.


POSTURA DE LOS PAPAS

Algunos hechos relevantes son:

Clemente VIII. Declaró: “el Rosario es la salvación de los fieles”

Gregorio XIV. Afirmó: “el Rosario aplaca la justa indignación de Dios”

León XIII. Aseguró: “El Rosario es una forma de oración bellísima, acomodada a nuestros tiempos, fácil de practicar y muy fructuosa”.

Pio XII. Llego a radiar el Rosario, dirigido por él mismo

Juan XXIII. Escribió el 26 de septiembre de 1.959, la carta encíclica "Grata recordatio" sobre el rezo del Santo Rosario, recomendando el rezo de éste

Pablo VI. Afirma que el rezo del Rosario, aviva la fe cristiana con el recuerdo de los misterios de Cristo y su Madre

Juan Pablo II. En el año 2.002 incorpora el rezo de los misterios luminosos, al rezo del Rosario


¿POR QUÉ DEBEMOS REZAR EL ROSARIO?

1. DIOS LO QUIERE. Ha obrado muchos milagros para glorificar está devoción

2. LA VIRGEN ASÍ LO DESEA. En Lourdes y Fátima, recomienda una y otra vez su rezo diario

3. LA IGLESIA LO RECOMIENDA. Por boca de los Papas, así el Papa León XIII, escribió 13 Encíclicas alabando esta devoción

4. LOS SANTOS SIEMPRE HAN SIDO DEVOTOS DE SU REZO

5. LA EXPERIENCIA. Hay más paz y felicidad en las casas en la que se reza el Rosario, que en aquellas en las que no se reza


¿CÓMO SE REZA EL ROSARIO?

Para rezar el rosario se debe llevar en la mano o al menos llevarlo encima, ya sea colgado en el cuello o bolsillo.

Se debe comenzar “por la señal de la santa cruz,…”

A continuación acto de contrición y gloria al padre.

Enunciamos y a ser posible meditamos el primer misterio y empezamos las oraciones del decenario, comenzando con un padre nuestro, seguido de diez avemarías.

Terminado el decenario, rezamos el gloria al padre y una jaculatoria.

Este proceso se repite para cada una de las cinco decenas que componen cada misterio (los misterios son gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos. Cada uno de ellos se reza un día concreto de la semana)

Posteriormente se rezan las letanías de la Santísima Virgen, y una oración.

A continuación rezamos un padre nuestro, avemaría y gloria por las intenciones del Santo Padre.

Terminamos el rosario con el rezo de la Salve.


En el enlace que agrego, se puede encontrar una guía para el rezo del Rosario

https://docs.google.com/document/edit?id=1uQkU3PUjGh_kncqkeIRkPSE-AqLoBNtddfc67LW08y4&hl=es


jueves, 26 de agosto de 2010

¿De qué confesarme?

Es un hecho, que hoy en día la sociedad está perdiendo el sentido del pecado, quizás debido al relativismo moral que cada vez se hace más patente en la calle, los medios de comunicación y que en muchas ocasiones dificulta el acercarse al sacramento de la penitencia (también llamado de la reconciliación, del perdón, de la confesión y de la conversión).


Antes de continuar, es interesante recordar que este sacramento fue instituido, cuando Jesús la tarde de Pascua se mostró a sus Apóstoles y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos"(Jn 20, 22-23), y mediante él se consigue el perdón de los pecados cometidos contra Dios y la reconciliación con la iglesia a la que se ofende con la realización de éstos.



Siguiendo con el tema planteado, la cuestión que con cierta frecuencia se plantea, llegado el momento de acudir a este sacramento es. ¿De qué debo confesarme?


Antes de contestar a está pregunta, deberíamos preguntarnos qué es el pecado, y nos encontramos que realmente el pecado, es un desprecio al amor que Dios nos tiene, es un desprecio puesto que es un acto que se comete voluntariamente contra él y que por otra parte repercute en las personas que nos rodean, por eso sólo Dios puede perdonar los pecados.


Este pecado puede ser mortal o venial


PECADO MORTAL. Es una infracción grave de la Ley Divina, que aparta al hombre de DIOS; pero para que se cometa es necesario:

- Violar alguno de los mandamiento en materia grave
- Pleno conocimiento
- Perfecto consentimiento


En cuanto a la confesión de estos pecados el compendio del catecismo (304, 305), nos dice que "Se deben confesar todos los pecados graves aún no confesados que se recuerdan después de un diligente examen de conciencia...". Se está obligado a confesar estos pecados graves, al menos una vez al año, y en cualquier caso antes de recibir la comunión.


PECADO VENIAL. Es una violación de los mandamientos en una materia leve, o sin pleno conocimiento. Este pecado impide el progreso del alma, de forma que si es cometido de forma deliberada y permanece sin arrepentimiento, nos lleva poco a poco a cometer pecado mortal (murmuraciones, burlas,...)


Respecto a la confesión de estos pecados, si acudimos nuevamente al compendio del catecismo(306), dice: "La Iglesia recomienda vivamente la confesión de los pecados veniales aunque no sea estrictamente necesaria, ya que ayuda a formar una recta conciencia y a luchar contra las malas inclinaciones, a


dejarse curar por Cristo y a progresar en la vida del Espíritu".


Una vez conscientes de lo que significa el pecado, debemos contemplar cinco pasos, de cara a la realización de la confesión:


1. EXÁMEN DE CONCIENCIA. esfuerzo por recordar todos los pecados


2. DOLOR DE LOS PECADOS. reconocer la ofensa realizada a DIOS


3. PROPOSITO DE NO VOLVER A PECAR. determinación de no volver a cometerlo


4. DECIR LOS PECADOS AL CONFESOR. de forma clara y concisa


5. CUMPLIR LA PENITENCIA. cuanto antes, con humildad y en reparación de la culpa contraída

A la hora de acudir a este sacramento es posible que alguien se haga el siguiente razonamiento, para qué quiero confesarme si yo no robo, no mato, no le hago mal a nadie, no tengo tiempo, no se de qué confesarme,...
 
 
También nos podemos encontrar con personas que, llevan años y años sinconfesarse, y una vida no tan buena. Pero cuando piden confesarse y se les pregunta sus pecados se sorprenden y contestan: "No, yo no tengo ningún pecado, yo no me meto con nadie, de mi trabajo a mi casa y de mi casa a mi trabajo... Bueno cuando tenía a mi madre, que en paz descanse, alguna vez le falté al respeto"


Otras personas, por lo contrario quieren estar confesándose a cada rato y por cualquier cosa sin importancia. "Me acuso, de, que a veces me enojo con los animales... de que mi marido es muy... Es que he estado muy enfermo y tengo una dolencia por todo el cuerpo..."


Para resolver estos problemas, podemos plantearnos una serie de cuestiones sobre las que reflexionar:
 
¿Has dudado o negado deliberadamente alguna de las verdades la Fe católica?


¿He practicado la superstición o el espiritismo?

¿He pronunciado palabras injuriosas contar Dios, con la intención de ofenderle?

¿He jurado con mentira o con duda de si era verdad? ¿He reparado el daño que haya podido seguirse?

¿He murmurado externa o internamente contra el Señor cuando me ha ocurrido alguna desgracia?

¿He faltado a Misa los domingos o los demás días de precepto? ¿He dejado de cumplir, sin motivo adecuado, el ayuno y la abstinencia en los días previstos por la Iglesia? ¿Me he confesado y he comulgado al menos una vez al año?

¿He callado por vergüenza, en alguna Confesión anterior, algún pecado grave?

¿He comulgado alguna vez en pecado mortal?

¿He desobedecido a mis padres y familiares? ¿Los he tratado sin el respeto y el afecto que merecen? ¿He defraudado con mi conducta la confianza que han depositado en mí?

¿He dado mal ejemplo en cosas importantes a las personas que me rodean, sobre todo a mis amigos?

¿Evito que las diferencias de opinión en cuestiones políticas, profesionales, etc., degeneren en indisposición, enemistad o incluso odio hacia las personas?

¿He causado un daño cierto a alguien en su persona o en sus legítimas propiedades? ¿He pedido perdón y he procurado reparar eficazmente el daño?

¿He hablado mal de otros sin tener mayor fundamento que "se dice" o la mera suposición? ¿He calumniado a alguien atribuyéndole acciones injuriosas que no ha cometido? ¿He descubierto ante los demás defectos graves de otras personas? ¿Me he comportado con deslealtad descubriendo ante otras personas, sin motivo serio y proporcionado, asuntos que me han sido comunicados privadamente, por razón de mi trabajo o por amistad?

¿He practicado, aconsejado o facilitado el aborto?

¿Me he puesto voluntariamente en ocasión de ofender a Dios gravemente? ¿He sido causa de que otros pecasen por mi conversación, por mi modo de vestir, por mi conducta desordenada, por mi consejo, etc.? ¿He tratado de reparar el escándalo?

¿Me dejo llevar por la pereza en el cumplimiento de mis deberes, particularmente en el trabajo? ¿Retraso o impido con mi conducta el trabajo de los demás?

¿Me embriagado o he comido con exceso? ¿He tomado droga? ¿He puesto en peligro mi vida y la vida de los demás conduciendo imprudentemente, bien por exceso de velocidad o no conocerlo en las debidas condiciones?

¿He utilizado la sexualidad en contra de los planes de Dios, ya sea conmigo o con otras personas? ¿Aprendo a dominarme y a controlar mis pasiones, o me dejo dominar por ellas? ¿He caído en pecados gravemente contrarios a la castidad (masturbación, fornicación, relaciones prematrimoniales, actividades pornográficas, prácticas homosexuales)? ¿Había circunstancias –de parentesco, matrimonio, sexo – que agravasen esas acciones?

¿He utilizado a los demás buscando el placer sexual de modo egoísta, ya sea con la mirada, el pensamiento o las conversaciones? ¿He buscado ese placer con las lecturas, las películas, la televisión, la radio, internet, o con mi asistencia a espectáculos poco recomendables?

¿He tomado dinero o cosas que no son mías? ¿He restituido o reparado? ¿He engañado a otros cobrando más de lo debido? ¿He malgastado el dinero haciendo gastos excesivos o innecesarios? ¿Doy limosna generosamente de acuerdo con mis posibilidades? ¿He rechazado ayudar a los demás en sus necesidades, pudiendo hacerlo?

¿He dicho mentiras? ¿He reparado el daño que haya podido seguirse de ellas?

¿Me dejo dominar por la envidia deseando inmoderadamente lo que otros son o poseen?

¿He prestado mi apoyo a programas de acción social y política inmorales y anticristianos? ¿Renuncio por cobardía a defender a Cristo y a la Iglesia cuando son atacados en mi presencia? ...


 

Oración: SALVE


Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!


V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén