lunes, 27 de junio de 2011

Santo Rosario de radio Maria

INTRODUCCIÓN
T.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

T.- Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser tu quien eres, bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido; también me pesa que puedas castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén

T - Señor ábreme los labios. R - y mi boca proclamará tu alabanza.

T - Dios mío, ven en mi auxilio. R - Señor, date prisa en socorrerme.

T - Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R - Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

LAS ORACIONES DEL DECENARIO
(Cada Misterio, incluye un Padre Nuestro, diez Avemarías, Gloria, y una jaculatoria a María)
T.- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
R.- Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
T.- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús
R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
T.- Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. R.- Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén
T.- María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia,
R.- Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
¡Oh! Jesús mío perdónanos, líbranos del fuego del infierno. Lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas

LETANIAS DE LA SANTISIMA VIRGEN
T - Señor, ten piedad. R - Señor, ten piedad.

T - Cristo, ten piedad. R - Cristo, ten piedad.

T - Señor, ten piedad. R - Señor, ten piedad.

T - Cristo, óyenos. R - Cristo, óyenos.

T - Cristo, escúchanos. R - Cristo, escúchanos.

T - Dios Padre celestial,
R - . . . ten misericordia de nosotros. (Y esta respuesta se repite a continuación).
- Dios Hijo, Redentor del mundo,
- Dios Espíritu Santo,
- Trinidad Santa, un solo Dios,

T - Santa María,
R - . . . ruega por nosotros. (Y esta respuesta se repite después de cada alabanza a María).
- Santa Madre de Dios
- Santa Virgen de las vírgenes
- Madre de Cristo
- Madre de la Iglesia
- Madre de la divina gracia
- Madre purísima
- Madre castísima
- Madre siempre virgen
- Madre inmaculada
- Madre amable
- Madre admirable
- Madre del buen consejo
- Madre del Creador
- Madre del Salvador
- Madre de misericordia
- Virgen prudentísima
- Virgen digna de veneración
- Virgen digna de alabanza
- Virgen poderosa
- Virgen clemente
- Virgen fiel
- Espejo de justicia
- Trono de sabiduría
- Causa de nuestra alegría
- Vaso espiritual
- Vaso digno de honor
- Vaso de insigne devoción
- Rosa mística
- Torre de David
- Torre de marfil
- Casa de oro
- Arca de la alianza
- Puerta del cielo
- Estrella de la mañana
- Salud de los enfermos
- Refugio de los pecadores
- Consoladora de los afligidos
- Auxilio de los cristianos
- Reina de los Ángeles
- Reina de los Patriarcas
- Reina de los Profetas
- Reina de los Apóstoles
- Reina de los Mártires
- Reina de los Confesores
- Reina de las Vírgenes
- Reina de todos los Santos
- Reina concebida sin pecado original
- Reina asunta a los cielos
- Reina del Santísimo Rosario
- Reina de la familia
- Reina de la paz

T - Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R - perdónanos, Señor.
T - Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R - escúchanos, Señor.
T - Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R - ten piedad de nosotros.

T - Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. R -para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén

T - Te pedimos, Señor, nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos librados de las tristezas presentes y gocemos de la eterna alegría. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Rezamos por las intenciones del Santo Padre, un Padrenuestro, avemaría y gloria

SALVE
T - Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

T - Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. R - para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
T - Ave María purísima. R - Sin pecado concebida

domingo, 26 de junio de 2011

San Josemaría Escrivá

San Josemaría Escrivá nació en Barbastro (España) el 09 de enero de 1902. Fue ordenado sacerdote en Zaragoza el 28 de marzo de 1925. El 02 de Octubre de 1928 fundó, por inspiración divina, el Opus Deí. El 26 de Junio de 1975 falleció repentinamente en Roma, después de haber mirado con inmenso cariño por última vez una imagen de la Virgen que presidía el cuarto de trabajo. En ese momento el Opus Deí estaba extendido por los cinco continentes, y contaba con más de 60.000 miembros de 80 nacionalidades, al servicio de la Iglesia con el mismo espíritu de plena unión al Papa y a los Obispos que vivió siempre San Josemaría Escrivá.

El Santo Padre Juan Pablo II canonizo al fundador del Opus Dei en Roma, el 6 de octubre de 2002. Su fiesta litúrgica se celebra el 26 de junio.

El cuerpo de San Josemaría Escrivá reposa en la Iglesia Pretalicia de Santa María de la Paz, Viale Bruño Buozzi 75, Roma.

ORACIÓN.

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Deí, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido (………). Así sea.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria

viernes, 24 de junio de 2011

Reflexiones de Teresa de Calcuta

A veces las personas son egoístas, ilógicas e insensatas

Aún así… Perdónalas.

Si eres amable, las personas pueden acusarte de egoísta e interesado.

Aún así… Sé amable.

Si eres un vencedor, tendrás algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos.

Aún así… Vence.

Si eres honesto y franco, las personas pueden engañarte.

Aún así… Sé honesto y franco.

Lo que  tardaste años en construir, alguien puede destruirlo en una hora.

Aún así… Construye.

Si tienes paz y eres feliz, las  personas pueden  sentir envidia.

Aún así… Sé feliz.

El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana.

Aún así… Haz el bien.

Si das al mundo lo mejor de ti, eso puede que nunca sea suficiente.

Aún así… Da lo mejor de ti mismo.

A fin de cuentas… todo es y será entre tú y Dios.

Nunca fue entre tú y ellos.


Teresa de Calcuta

sábado, 18 de junio de 2011

Calma mis pasos, señor

DESACELERA los latidos de mi corazón, calmando mi mente.

DISMINUYE mi ritmo apresado con una visión de la eternidad del tiempo.

En medio de las confusiones del día a día,  DAME la tranquilidad de las montañas.

RETIRA la tensión de mis músculos y nervios, con la música tranquilizante de los ríos de aguas constantes, que viven en mis recuerdos.

AYÚDAME a conocer el poder mágico y reparador del sueño.

ENSÉÑAME el arte de tomar pequeños descansos: reducir mi ritmo para contemplar una flor, charlar con un amigo, acariciar a un niño, leer un poema, oír mi música preferida.

CALMA MI PASO, SEÑOR, para que yo pueda percibir en medio de la incesante labor cotidiana, de los ruidos, luchas, alegrías, cansancios o desalientos, TU PRESENCIA constante en mi corazón.

CALMA MI PASO, SEÑOR, para que yo pueda entonar el cántico de la esperanza, sonreír para mi prójimo y callarme para escuchar TU VOZ.

CALMA MI PASO, SEÑOR, e inspírame a enterrar mis raíces en el suelo de los valores duraderos de la vida, para que yo pueda crecer hasta las estrellas de mi destino mayor.

GRACIAS SEÑOR
Por TU presencia en mi vida.

Amén

viernes, 10 de junio de 2011

Ven Espiritu Divino

Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don de tus dones espléndido;
luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro.
Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo; 
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo.
Doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; 
por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

sábado, 4 de junio de 2011

Consagración al Sagrado Corazón de Jesús de S. Claudio

Estoy tan convencido, Dios mío, de que veláis sobre todos los que esperan en Ti, y que nada puede faltar a quien de Ti todo lo espera, que he decidido vivir de ahora en adelante sin ninguna preocupación, descargando sobre Ti todas mis inquietudes:

En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque me siento en Ti seguro, nada más que en Ti, Señor".

Pueden los hombres privarme de mis bienes y de mi honor, pueden las enfermedades robarme la fuerzas y los medios de servirte.

Yo mismo puedo, por el pecado, perder tu gracia; pero nunca, nunca, perderé la confianza en Ti; la conservaré hasta el último suspiro, y serán inútiles los ataques del enemigo para arrancármela.

En paz me acuesto y enseguida me duermo.

Que unos esperen la felicidad de sus riquezas o talentos; que otros se apoyen en su pureza de vida, en el número de sus buenas obras o en el fervor de sus oraciones: para mí Señor, toda mi confianza es mi misma confianza en Ti, porque me siento en Ti seguro, nada más que en Ti, Señor.

Nadie ha quedado desengañado por tener esta esperanza, nunca nadie que ha confiando en Ti se ha visto defraudado.

Estoy seguro, pues, de que seré eternamente feliz porque lo espero firmemente y lo espero de Ti, Dios mío.

En Ti, Señor, me abandono, no sufriré desengaño.

viernes, 3 de junio de 2011

La roca

Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció  Dios.

El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran roca frente a la cabaña.

Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas.

El hombre hizo lo que el Señor le pidió.

Por muchos años, día a día, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas...

y ésta no se movía.

Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.

Como el hombre empezó a sentirse frustrado, Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a su mente:

"Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido".

Le dio al hombre la impresión que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso.

Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión.

Satanás le dijo:
"¿Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible?

Sólo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente"

El hombre pensó en poner en práctica esto pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos:

"Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio.

He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro.

¿Qué pasa?
¿Por qué he fracasado? "

El Señor le respondió con compasión y ternura:

"Querido amigo, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar contra la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho.

Nunca dije que esperaba que la movieras.

Tu tarea era empujar.

 Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado,  pero, ¿en realidad fracasaste?

Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras.

“A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez.

Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era empujar y confiar en mí.

Eso lo has conseguido.

Ahora, querido amigo, yo moveré la roca"

Algunas veces, cuando escuchamos la palabra del Señor, tratamos de utilizar nuestro intelecto para descifrar su voluntad, cuando en realidad Dios sólo nos pide confianza  en Él.

Debemos ejercitar nuestra fe que mueve montañas, pero conscientes que es Dios quien al final logra moverlas.

Cuando todo parezca ir mal...

¡SÓLO  EMPUJA!

Cuando la gente no se comporte de la manera que te parece que debería...

¡SÓLO EMPUJA!

En los momentos difíciles pide ayuda al Señor y eleva una oración a Jesús para que ilumine tu mente y guíe tus pasos.

Entrega tus miedos al Señor y pídele con una oración que Jesús te ayude a encontrar el camino que te conduzca a Él.