domingo, 27 de noviembre de 2011

Pregón de Adviento 2011

Os anuncio que comienza el Adviento.

Alzad la vista, restregaos los ojos, otead el horizonte.

Daos cuenta del momento. Aguzad el oído.

Captad los gritos y susurros, el viento, la vida...

Empezamos el Adviento, y una vez más renace la esperanza en el horizonte.

Al fondo, clareando ya, la Navidad.

Una Navidad sosegada, íntima, pacífica, fraternal, solidaria, encarnada, también superficial, desgarrada, violenta...; más siempre esposada con la esperanza.

Es Adviento esa niña esperanza que todos llevamos, sin saber cómo, en las entrañas; una llama temblorosa, imposible de apagar, que atraviesa el espesor de los tiempos; un camino de solidaridad bien recorrido; la alegría contenida en cada trayecto; unas huellas que no engañan; una gestación llena de vida; anuncio contenido de buena nueva; una ternura que se desborda...

Estad alerta y escuchad.

Lleno de esperanza grita Isaías:
«Caminemos a la luz del Señor».

Con esperanza pregona Juan Bautista:
«Convertíos, porque ya llega el reino de Dios».

Con la esperanza de todos los pobres de Israel, de todos los pobres del mundo, susurra María su palabra de acogida:
«Hágase en mí según tu palabra».

Alegraos, saltad de júbilo.

Poneos vuestro mejor traje.

Perfumaos con perfumes caros. ¡Que se note!
Viene Dios. Avivad alegría, paz y esperanza.

Preparad el camino. Ya llega nuestro Salvador.

Viene Dios... y está a la puerta.

¡Despertad a la vida! 

                Ulibarri, Fl

viernes, 25 de noviembre de 2011

Oración de entrega

Dios mío, ignoro absolutamente lo que hoy me va a suceder.

Pero se con certidumbre que nada puede sucederme que Tú no lo tengas previsto, regulado y ordenado desde toda la eternidad; esto me basta.

Adoro tus impenetrables y eternos designios y los acato con todo mi corazón.

Todo lo quiero, todo lo acepto y uno mi oblación al sacrificio de Jesucristo, mi divino Salvador.

Te pido en su nombre y por sus méritos infinitos, paciencia en mis pruebas, y una perfecta y entera sumisión a todo cuanto me quiera enviar tu bondadosa
Providencia.

Amén.

viernes, 18 de noviembre de 2011

La oración del conductor


Dame, Señor, mano firme y mirada vigilante, para que mientras conduzco no cause daño a nadie.

A ti, Señor, que das la vida y la conservas, te suplico humildemente que guardes hoy mi vida.

Libra, Señor, a quienes me acompañan, de todo mal, enfermedad, incendio o accidente.

Enséñame a hacer uso de mi coche para remedio de las necesidades ajenas.

Haz, Señor, que no me arrastre el vértigo de la velocidad, y que, admirado por la belleza de este mundo, logre seguir y terminar felizmente mi camino.

Te lo pido, Señor, por los méritos de tu Santísima Madre, y por la intercesión de San Cristóbal, especial protección de los conductores. AMÉN.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Las cuatro velas

Las cuatro velas se quemaban lentamente.

En el ambiente había tal silencio que se podía oír el diálogo que mantenían.

La primera dijo:

- ¡YO SOY LA PAZ!

Pero las personas no consiguen mantenerme.

Creo que me voy a apagar.

Y, disminuyendo su fuego rápidamente, se apagó por completo.

Dijo la segunda:

- ¡YO SOY LA FE!

Lamentablemente a los hombres les parezco superflua.

Las personas no quieren saber de mí.

No tiene sentido permanecer encendida. 

Cuando terminó de hablar, una brisa pasó suavemente sobre ella y se apagó.  

Rápida y triste la tercera vela se manifestó:

- ¡YO SOY EL AMOR!

No tengo fuerzas para seguir encendida.

Las personas me dejan a un lado y no comprenden mi importancia. Se olvidan hasta de aquellos que están muy cerca y les aman.  

Y, sin esperar más, se apagó.

De repente...

Entró un niño y vio las tres velas apagadas.

-       Pero, ¿qué es esto?. Deberíais estar encendidas hasta el final.

Al decir esto comenzó a llorar.

Entonces, la cuarta vela habló:

- No tengas miedo, mientras yo tenga fuego, podremos encender las demás velas.
 YO SOY 

¡LA ESPERANZA!

Con los ojos brillantes, agarró la vela que todavía ardía...
Y encendió las demás.

¡QUE LA ESPERANZA NUNCA SE APAGUE DENTRO DE NOSOTROS!

¡...y que cada uno de nosotros sepamos ser la herramienta que los niños necesitan para mantener la Esperanza, la Fe, la Paz y el Amor !!!

viernes, 4 de noviembre de 2011

La mariposa azul

Había un viudo que vivía con sus dos hijas curiosas e inteligentes. Las niñas siempre hacían muchas preguntas. A algunas de ellas, él sabía responder, a otras no..

Como pretendía ofrecerles  la mejor educación, mandó las niñas de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.

El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ni siquiera dudar.

Impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no sabría responder.

Entonces, una de ellas apareció con una linda mariposa azul que usaría para engañar al sabio.

“¿Qué vas a hacer?” –preguntó la hermana.
“Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta”

“Si él dijese que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré.

Y así, cualquiera que sea su respuesta, ¡será una respuesta equivocada!”

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.

- “Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?”

Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:
“Depende de ti... Ella está en tus manos.”

Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro.
No debemos culpar a nadie cuando algo falle: somos nosotros los responsables por aquello que conquistamos
(o no conquistamos).

Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa azul... Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella.