domingo, 23 de febrero de 2014

Oración al acostarse


Yo te adoro, Señor y Padre mío,
Y te amo con todo mi corazón.

Te doy gracias por haberme creado y hecho cristiano
Y por haberme conservado en este día.

Guárdame en el descanso y líbrame de todos los peligros.

Perdona los males que hoy he cometido y acepta el bien que he hecho.

Sálvame, Señor, despierto, y protégeme mientras duermo, para que viva con Cristo y descanse en paz.

AMÉN.


Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, descanse con vosotros en paz el alma mía.

domingo, 16 de febrero de 2014

Oh tú, el más allá de todo



Oh tú, el más allá de todo,
¿No es eso todo lo que se puede cantar de ti?
¿Qué himno te dirá el lenguaje?
Ninguna palabra te expresa,
¿A qué se puede aferrar el espíritu?
Tú superas toda comprensión.

Solo, tú eres indecible
Porque todo lo que se dice ha salido de ti.
Todos los seres,
Los que hablan y los que son mudos
Te proclaman.

Todos los seres,
Los que piensan y los que no tienen pensamiento,
Te rinden homenaje.

El deseo universal,
El universal gemido tiende  hacia ti.
Todo lo que existe te ruega,
Y todo ser que piensa tu universo
Eleva hacia ti un himno de silencio.

Todo lo que permanece, permanece por ti;
Por ti subsiste el movimiento universal.

Tú eres el fin de todos los seres;
Tú eres todo ser y no eres ninguno.

Tú no eres un solo ser,
Tú no eres su conjunto;
Tú tienes todos los nombres, ¿y cómo te nombraría yo, a ti, al único que no se puede nombrar?
Ten piedad, oh tú, el más allá de todo,
¿no es eso todo lo que se puede cantar de ti?


(San Gregorio Nacianceno) S. IV

sábado, 8 de febrero de 2014

Oración eucarística de Pablo VI



Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo,

Tú eres quien nos revela a Dios invisible,
el primogénito de toda criatura,
el fundamento de todas las cosas;

Tú eres el maestro de la humanidad,

Tú eres el Redentor;

Tú eres el que ha nacido, ha muerto y ha
resucitado por nosotros;

Tú eres el centro de la historia
y del mundo;

Tú eres aquel que nos conoce y nos ama;

Tú eres el compañero
y el amigo de nuestra vida;

Tú eres aquel que debe venir
y que debe ser un día nuestro juez,
y, como esperamos, nuestra felicidad.

Amén.


(Pablo VI)