¡Oh mi santo protector, glorioso patriarca San José, que estando en el lecho de vuestro dulce tránsito, os visteis rodeado de Ángeles y asistido de su Rey, Cristo Jesús, y de su Reina, la Santísima Virgen María, esposa vuestra, y que con esta amabilísima compañía salisteis en una paz celestial de esta miserable vida!. Alcanzadme la gracia de perseverar fiel en la fe de la iglesia católica y en mi vocación, hasta que muera reclinado en vuestros brazos.
Si, santo mío, por aquella dulce compañía que Jesús y María os hicieron hasta la hora de vuestra muerte, protegedme en la mía hasta que me vea con vos en el cielo. Compadeceos también de todos mis seres queridos, difuntos, familiares y amigos, y de todas las almas del purgatorio, para que todos unidos por tu intercesión, glorifiquemos vuestro santo nombre con el de Jesús y María por todos los siglos. Que muera y deje este mundo en paz y lleno de la gracia de Dios, para gozar de la Gloria Eterna del Cielo. Amén.
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