Somos novios, Señor, y nos queremos mucho.
¡Qué experiencia maravillosa, para cada uno, sentirse elegido, preferido, sin saber muy bien por qué!
Sentimos tu presencia, Señor, y te damos las gracias por haber hecho posible este amor.
Queremos tenerte siempre presente entre nosotros:
- Para que seamos abiertos y sinceros;
- Para que busquemos el bien y la alegría del otro;
- Para que nos esforcemos en cambiar y ofrecernos cada uno lo mejor de sí mismo;
- Para que el deseo y la pasión no ahoguen nuestro amor sincero;
- Para que juntos forjemos un ideal- vocación para toda la vida y nos unamos un día para alcanzarlo.
Deseamos, Señor, que llegue el día en que sellemos para siempre nuestro amor con el sacramento del matrimonio.
Haz que nuestro noviazgo sea un camino de maduración y que seamos conscientes del compromiso mutuo que asumiremos en tu presencia.
Amén.
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