Quédate con nosotros, Señor, esta noche.
Quédate para adorar,
alabar y dar gracias
por nosotros mientras dormimos,
para hacer que baje del cielo
tu misericordia sobre el mundo;
para socorrer,
desde los tabernáculos de la tierra,
a las benditas almas
que sufren en el Purgatorio
su prolongada noche de dolor y pena.
Quédate con nosotros,
Para apartar la justa ira de Dios
De nuestras populosas ciudades
que, con sus densísimas nubes
de vicios y crímenes, claman
venganza al cielo.
Quédate con nosotros para
guardar a los inocentes,
para sostener a los tentados,
para levantar a los caídos,
para subyugar el poder del demonio,
para impedir el pecado.
Quédate con nosotros
Para confortar a los que sufren,
Para bendecir a los que yacen en el lecho del dolor,
para dar contrición a los que mueren,
para recibir en los brazos de tu misericordia
a los miles de almas,
que se presentan ante Tí para
ser juzgadas.
¡Oh Buen Pastor!,
Quédate con tus ovejas,
defiéndelas de los peligros
que las rodean y amenazan.
Pero sobre todo,
quédate con los que sufren y
con los agonizantes.
Danos una noche tranquila
y un fin perfecto.
Sé nuestro misericordioso
Padre hasta lo último,
para que sin temor podamos
aparecer delante de Tí
como nuestro juez.
Amén.
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