Imitad a San Francisco Javier, que dijo así:
“Y para más firmeza de poder alcanzar perdón de mis
infinitísimos pecados, tomé por valedora a la gloriosa Virgen nuestra Señora,
pues en el cielo donde está, todo lo que a Dios Nuestro Señor pide, le otorga”.
Practicad la devoción de las Tres Avemarías, rezando
todos los días de este modo:
¡María, Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal!.
1º Por el Poder que te concedió el Padre Eterno.
Ave María…
2º Por la Sabiduría que te concedió el Hijo.
Ave
María…
3º Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo.
Ave
María…
(Indulgencia
Parcial) Con licencia Eclesiástica
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