sábado, 4 de abril de 2020

Espiritu Santo, alma de mi alma



Espíritu Santo, eres el alma de mi alma, te adoro humildemente.
Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame.
Y en cuanto corresponde al plan eterno Padre Dios revélame tus deseos.
Dame a conocer lo que el Amor eterno desea en mí.
Dame a conocer lo que debo realizar.
Dame a conocer lo que debo sufrir.
Dame a conocer lo que con silenciosa modestia y en oración, debo aceptar, cargar y soportar.
Si, Espíritu Santo, dame a conocer tu voluntad y la voluntad del Padre.
Pues toda mi vida no quiero ser otra cosa que un continuado perpetuo Si a los deseos y al querer del eterno Padre Dios.


(P. José Kentenich)

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