domingo, 30 de junio de 2013

Oración para pedir sabiduría

Permíteme, Arcángel Gabriel, que escuche a cuantos me rodean.

No dejes que me resista a la verdad.

Que mis ojos físicos se abran y también los de mi corazón.

No permitas que la terquedad haga su nido en mi interior.

Libérame de todo cuanto pueda hundirme en la ignorancia.

Ayúdame a oír la voz del Señor, mi Dios y no dejes que  me conduzca con obstinación.

Ayúdame a utilizar palabras y actitudes de amor y de júbilo a abrir mi corazón a todo lo bello, pues la belleza también es sabiduría del Señor.

Permíteme escuchar con el corazón y con la mente, tener paciencia para esperar y reconocer el pensamiento sabio cuando llegue.

Nunca me abandones en medio de la oscuridad del que no quiere ver, por que tu eres el mensajero  de la luz, y hacia la llama de Dios me conducirás.

Mensajero del Señor guía mis pasos por el camino del conocimiento, y nunca permitas que mi corazón se cierre a la brillante luz del Amor, porque el Amor en el nombre de Dios en sabiduría.

¡AMEN!

sábado, 22 de junio de 2013

El cirujano

Mañana por la mañana abriré tu corazón le explicaba el cirujano a un niño. Y el niño interrumpió: -¿Usted encontrará a Jesús allí?

El cirujano se quedó mirándole, y continuó: -Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo.

Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a interrumpir el niño.

El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente.

Cuando haya visto todo el daño, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto.

Pero, ¿usted encontrará a Jesús en mi corazón? La Biblia bien claro dice que Él vive allí. Las alabanzas todas dicen que Él vive allí....

¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón!
El cirujano pensó que era suficiente y le explicó:

Te diré que encontraré en tu corazón..

Encontraré músculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos, y debilidad en las paredes y vasos. Y aparte me daré cuenta si te podemos ayudar o no.

¿Pero encontrará a Jesús allí también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo.

El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue. Enseguida se sentó en su oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la cirugía: aorta dañada, vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardiaca masiva. Sin posibilidades de trasplante, difícilmente curable.

Terapia: analgésicos y reposo absoluto.

Pronóstico: tomó una pausa y en tono triste dijo: muerte dentro del primer año. Entonces detuvo la grabadora. Pero, tengo algo más que decir: ¿Por qué? Pregunto en voz alta ¿Por qué hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana. ¿Por qué?

De pronto, Dios, nuestro Señor le contestó:

El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado, ya no tendrá ningún dolor, será confortado de una manera inimaginable para ti o para cualquiera. Sus padres un día se unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi reino y mi rebaño sagrado continuará creciendo.

El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero sintió aun más rencor, no entendía las razones. Y replicó:

Tú creaste a este muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que muera dentro de unos meses?

El Señor le respondió: Porque es tiempo de que regrese a su rebaño, su tarea en la tierra ya la cumplió.

Hace unos años envié una oveja mía con dones de doctor para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador.

Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para perderlo sino para que regresara a mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo.

El cirujano lloró y lloró inconsolablemente.

Días después, luego de la cirugía, el doctor se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico.

El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó:

-¿Abrió mi corazón?

Si - dijo el cirujano-
-¿Qué encontró? preguntó el niño

Tenías razón, encontré allí a Jesús.

sábado, 15 de junio de 2013

Una oración en cada dedo

1. El pulgar es el más cercano a ti. Así que empieza orando por quienes están más cerca de ti. Son las personas más fáciles de recordar. Orar por nuestros seres queridos es "una dulce obligación".

2. El siguiente dedo es el índice. Ora por quienes enseñan, instruyen y sanan. Esto incluye a los maestros, profesores, médicos y sacerdotes. Ellos necesitan apoyo y sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás. Tenlos siempre presentes en tus oraciones.

3. El siguiente dedo es el más alto. Nos recuerda a nuestros líderes. Ora por el presidente, los congresistas, los empresarios, y los gerentes. Estas personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública.. Necesitan la guía de Dios.

4. El cuarto dedo es nuestro dedo anular. Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo puede decir cualquier profesor de piano. Debe recordarnos orar por los más débiles, con muchos problemas o postrados por las enfermedades. Necesitan tus oraciones de día y de noche. Nunca será demasiado lo que ores por ellos. También debe invitarnos a orar por los matrimonios.

5. Y por último está nuestro dedo meñique, el más pequeño de todos los dedos, que es como debemos vernos ante Dios y los demás. Como dice la Biblia "los últimos serán los primeros". Tu meñique debe recordarte orar por ti. Cuando ya hayas orado por los otros cuatro grupos verás tus propias necesidades en la perspectiva correcta, y podrás orar mejor por las tuyas. Ver más.

domingo, 9 de junio de 2013

Jesús, buen samaritano

Jesús, Buen Samaritano,
que viviste aliviando el sufrimiento de quienes encontrabas en el camino,
como expresión de la misericordia del Padre.

Nuestro mundo arde en deseos de eternidad,
pero el camino de la vida es largo y tortuoso:
Hay violencia, desgracia y desesperanza.

Nuestro mundo sufre.

Ayúdanos a bajar a lo profundo del corazón,
donde habitan las carencias y se descubren las necesidades,
donde se escucha el grito de dolor,
la voz de quien sufre y necesita.

Danos entrañas de misericordia,
para que no demos rodeos ante los que sufren
y sepamos caminar con los ojos del corazón abiertos,
para ayudar a quienes nos necesitan.

Haznos, Señor, buenos samaritanos para que el mundo descubra en nuestra vida el rostro misericordioso del Padre.

Amén.

domingo, 2 de junio de 2013

Consagración

¡Oh, Señora y Madre Mía!
Con filial cariño vengo
A ofrecerte en este día
Cuanto soy y cuanto tengo.

Mis ojos para mirarte,
Mi voz para bendecirte,
Mi vida para servirte,
Mi corazón para amarte.

Acepta, Madre, este don
Que te ofrenda mi cariño
Y guárdame como a un niño
Cerca de tu corazón.

“mírame con compasión, no me dejes, Madre Mía”

P. SAHAGUN