domingo, 9 de junio de 2013

Jesús, buen samaritano

Jesús, Buen Samaritano,
que viviste aliviando el sufrimiento de quienes encontrabas en el camino,
como expresión de la misericordia del Padre.

Nuestro mundo arde en deseos de eternidad,
pero el camino de la vida es largo y tortuoso:
Hay violencia, desgracia y desesperanza.

Nuestro mundo sufre.

Ayúdanos a bajar a lo profundo del corazón,
donde habitan las carencias y se descubren las necesidades,
donde se escucha el grito de dolor,
la voz de quien sufre y necesita.

Danos entrañas de misericordia,
para que no demos rodeos ante los que sufren
y sepamos caminar con los ojos del corazón abiertos,
para ayudar a quienes nos necesitan.

Haznos, Señor, buenos samaritanos para que el mundo descubra en nuestra vida el rostro misericordioso del Padre.

Amén.

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