domingo, 16 de mayo de 2021

¡Oh María!

 

 

¡Oh María! ¡Soberana y Señora nuestra! En vuestro misericordioso seno me arrojo con confianza, y bajo vuestra Santa custodia pongo sin reserva, todos los días de mi vida y a la hora de mi muerte, mi alma y mi cuerpo, mi esperanza y mi consuelo, mis penas y mis miserias, mi alegría y mi felicidad… para que mis pensamientos, mis palabras y mis obras sean dirigidos según vuestra voluntad y la de vuestro adorable Hijo.

 

Amén

 

(San Luís Gonzaga)

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