jueves, 2 de septiembre de 2010

La Virgen de la Fuensanta (La Morenica)

La Virgen de la Fuensanta es la patrona de la ciudad de Murcia desde que así fuera proclamada en la primera mitad del siglo XVIII (concretamente en 1.731). Anteriormente lo era Santa María de la Arrixaca, imagen del siglo XIII relacionada con la Reconquista del Reino, venerada en la iglesia conventual de San Andrés y cantada por Alfonso X el Sabio en sus famosas cantigas a Santa María

La devoción por Ntra. Sra. de la Fuensanta es muy antigua, surgiendo a partir de la aparición de la Virgen en el monte conocido como “El Hondoyuelo”. Cuenta la leyenda que en esta sierra, situada a unos 5 kilómetros de la capital y ya considerada como enclave sagrado por las primeras civilizaciones que habitaron la zona, María hizo brotar la "fuente santa" que dio nombre a la advocación. El manantial todavía hoy riega aquel paraje y desde el siglo XV consta la existencia de una ermita entre iglesia y mezquita con bóveda a lo gótico, en honor a la Virgen, a finales del XVII comienza a construirse un nuevo templo. Se trata de un edificio de estilo barroco, que ha ido sufriendo reformas en épocas posteriores, sufriendo una importante restauración tras la Guerra Civil, hasta convertirse en la iglesia (Santuario de la Fuensanta), que tantos turistas visitan en la actualidad.


El auge de esta advocación comienza el 17 de enero de 1694. En esta fecha, tras una larga sequía que azotaba toda la zona, se acuerda bajar la imagen de la Virgen por vez primera hasta Murcia. Con aquella romería se imploraba la lluvia necesaria para los cultivos, relatando las crónicas de la época que, al finalizar la rogativa, llovió copiosamente e incluso llegó a nevar. Por entonces se tenía como patrona de la ciudad a Santa María de la Arrixaca. Pero el milagro del agua se repitió en las sucesivas romerías lo que le valió el título de patrona en 1731, por aclamación popular. Por ello las romerías entre el santuario y la Catedral siempre fueron, y aún hoy son, la mayor manifestación de fe y agradecimiento del pueblo de Murcia a la "Morenica" (nombre cariñoso que alude a la Virgen, debido al color tostado de su rostro).


En 1808, a raíz de la invasión napoleónica, le fue otorgado el rango militar de "Generala del Reino", apelativo con el que muchas veces se refieren a Ella sus fieles. Su Coronación Canónica tuvo lugar el 24 de abril de 1927. También ha recibido la Medalla de Oro por parte de diversos estamentos y asociaciones tanto de la capital como de la Región, entre ellas las de la Ciudad de Murcia y la del Cabildo Superior de Cofradías.


LA IMAGEN

La Virgen de la Fuensanta

La talla de la patrona, es una escultura de origen gótico cuya autoría no ha podido ser concretada, pero si se sabe que ha sido restaurada en el siglo XVIII, por el imaginero Roque López, atribuyéndose el Niño a Francisco Salzillo. La hermosura de la imagen es indiscutible, y su aspecto se embellece con lujosos ropajes, joyas y coronas regaladas por los fieles. Actualmente se encuentra en el Santuario de La Fuensanta (Algezares).


En cuanto a la descripción de la talla.

La Virgen lleva en el brazo izquierdo al Niño, y en el derecho sostiene un cetro. El Niño bendice con la mano derecha y con la izquierda sostiene una bola que simboliza la Tierra, clara alusión a la redención.


La Virgen esta vestida con túnica y un largo manto. La peana sobre la que se alza esta decorada con dos ángeles, un querubín central y una media luna. Los ojos son de cristal algo rasgados y las cejas y las pestañas son negras y abundantes. La nariz es algo afilada y la boca y los labios son finos. El rostro del Niño es diferente, las cejas son finas y rubias, la boca apenas entreabierta y con gran gracia en el rostro.


EL CULTO

Romería de la Fuensanta

La difusión del culto a Ntra. Sra. de la Fuensanta, ha venido ligada a la celebración de traslados periódicos, de la imagen, desde el Santuario hasta la Catedral de la ciudad y viceversa. Tanto en las romerías como en los demás actos protagonizados por la Virgen, la Hermandad de Caballeros de la Fuensanta es la encargada de custodiarla. Estos traslados no tienen una fecha fija asignada en el calendario, sino que han de cumplir con la antigua costumbre de que “un jueves la traen y un martes se la llevan”; es decir, que siempre se realiza el trayecto del monte a la ciudad un jueves, y el retorno un martes.


Actualmente, dos son las ocasiones establecidas para llevar a La Fuensanta a Murcia: una con la llegada de la Cuaresma, alargando su permanencia en la Catedral hasta la finalización de las Fiestas de Primavera (periodo festivo de la capital que tiene lugar tras la Semana Santa, y en el cual se realiza la ofrenda floral a las puertas de la Catedral y la solemne procesión con la imagen por las calles del casco antiguo); y otra en septiembre con motivo de su festividad (que se conmemora el domingo siguiente al día 8 de dicho mes, día en el que se realiza la Procesión Claustral y la Misa Pontifical en el interior de la Catedral. El martes siguiente a la onomástica tiene lugar el principal traslado, la romería con la que la Fuensanta vuelve a su Santuario).


LA ROMERÍA


Los alrededores de la Catedral, que permanece abierta toda la noche del lunes al martes, empiezan a llenarse de fieles que esperan la salida de la Virgen. También a las inmediaciones del Santuario llegan los primeros romeros, que pasan la noche en el monte esperando a la Virgen. Al amanecer y tras una misa de despedida, Ntra. Sra. de la Fuensanta sale de la Catedral, para emprender el camino al santuario. El trono es llevado por los romeros, sucediéndose las tradicionales "lluvias de pétalos", desde los balcones del recorrido. Entrada la tarde, La Fuensanta llega al pié de su sierra, donde ya sólo faltan las llamadas "Siete Cuestas" que la separan del Santuario; esas rampas son ascendidas por muchos romeros de rodillas, o descalzos. Y desde las puertas del Santuario, la Virgen es vuelta a la ciudad en señal de despedida.




HIMNO DE LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN DE LA FUENSANTA.

Letra del poeta Jara Carrillo.


"¡Virgen de la Vega!

Reina del grandioso milagro de flores

que llena los templos de incienso oloroso

y enciende en las almas sus bellos amores.


Yo no sé qué tiene tu cara morena,

que lloran los ojos a su claridad.

¡Divina magnolia, fragante azucena

que llena de aromas toda la Ciudad!


¡Flor de nuestra Vega!

De efluvios serranos que son bendiciones.

Rosa cuyo cáliz forman los murcianos

con los tiernos pétalos de sus corazones.


Beso de los labios que sienten anhelos

de misericordia, conjuro del mal.

Estrella que un día cayó de los cielos

para que en la Vega florezca el rosal.


La Torre, como un vigía,

con sus ojos de hito en hito,

mirando está noche y día

tu Santuario bendito.


Eres, Fuensanta, el consuelo

de este murciano jardín.

¡Oración que sube al Cielo

pasa por tu Camarín!"

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