LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
Dios dio los Diez Mandamientos a Moisés, y Jesucristo los confirmó y perfeccionó con su palabra y con su ejemplo.
Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios son:
1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas.
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos
En definitiva, todos los Mandamientos se resumen en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, y más aún, como Cristo nos amó.
LAS BIENAVENTURANZAS
Expresan cómo debe ser la vida del cristiano, dónde está su verdadera realización
1. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
2. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
3. Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra.
4. Bienaventurados los hambrientos y sedientos de Santidad, porque ellos serán saciados.
5. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos conseguirán la misericordia.
6. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
7. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
8. Bienaventurados los perseguidos a causa de la santidad, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados ustedes cuando los maldijeren y persiguieren y dijeren, mintiendo, todo mal contra ustedes por mi causa. Alégrense, porque la recompensa de ustedes será grande en los cielos
LOS DONES DEL ESPIRITU
1. Sabiduría: gusto para lo espiritual, capacidad de juzgar según la medida de Dios 2. Inteligencia (Entendimiento): Es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de Dios y profundizar las verdades reveladas 3. Consejo: Ilumina la conciencia en las opciones que la vida diaria le impone, sugiriéndole lo que es lícito, lo que conviene más al alma 4. Fortaleza: Fuerza sobrenatural que sostiene la virtud moral de la fortaleza. Para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida. Supera la timidez y la agresividad 5. Ciencia: Nos da a conocer el verdadero valor de las criaturas en su relación con el Creador 6. Piedad: Sana nuestro corazón de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios y para con los hermanos. 7. Temor de Dios: Temor a ofender a Dios, humildemente reconociendo nuestra debilidad.
LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
Son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna.
1. Caridad. Es el amor del Padre y del Hijo
2. Gozo. Nace de la posesión de Dios
3. Paz. Mantiene al alma en la posesión de la alegría contra todo lo que es opuesto
4. Paciencia. Modera la tristeza
5. Mansedumbre. Modera la cólera
6. Bondad. Inclinación que lleva a ocuparse de los demás
7. Benignidad. Dulzura consiste en tratar a los demás con gusto
8. longanimidad o perseverancia. Nos ayudan a mantenernos fieles al Señor a largo plazo.
9. Fe. Facilidad para aceptar todo lo que hay que creer
10. Modestia. Regula los movimientos del cuerpo, los gestos y las palabras
11. templanza. Refrena la desordenada afición de comer y de beber.
12. Castidad. Regula o cercena el uso de los placeres de la carne
LAS VIRTUDES TEOLOGALES Y MORALES
VIRTUDES TEOLOGALES:
1. Fe (virtud por la cual creemos en Dios)
2. Esperanza, (esperamos de Dios, con una firme confianza, la vida eterna)
3. Caridad, (virtud por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos)
VIRTUDES HUMANAS, llamadas también virtudes morales, son disposiciones de la voluntad que ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta.
1. Prudencia, (virtud que dispone para discernir, en toda circunstancia, nuestro verdadero bien)
2. Justicia, (constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido)
3. Fortaleza, (constancia en la práctica del bien)
4. Templanza. (virtud que modera la atracción hacia los placeres y procura la moderación en el uso de los bienes)
LAS OBRAS DE MISERICORDIA
ESPIRITUALES
1. Enseñar al que no sabe.
2. Dar buen consejo al que lo necesita.
3. Corregir al que yerra.
4. Perdonar las injurias.
5. Consolar al triste.
6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
7. Rogar a Dios por los vivos y difuntos
CORPORALES
1. Visitar y cuidar a los enfermos.
2. Dar de comer al hambriento.
3. Dar de beber al sediento.
4. Dar posada al peregrino.
5. Vestir al desnudo.
6. Redimir al cautivo.
7. Enterrar a los muertos
LOS PECADOS CAPITALES
1-
Soberbia. Deseo de alto honor y gloria
4-
Ira . Sentido emocional de desagrado, suscitado por un daño real o aparente
5-
Gula . Deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida
6-
Envidia . Tristeza ante las cualidades, bienes o logros de otro
7-
Pereza . Desgana por obrar en el trabajo o por responder a los bienes espirituales
LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
1. Oír Misa entera todos los domingos y feriados religiosos de precepto.
2. Confesar los pecados mortales, por lo menos una vez al año, cuando se a de comulgar y en peligro de muerte.
3. Comulgar una vez al año, preferentemente en tiempo pascual.
4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
5. Contribuir al sostenimiento de la Iglesia, en la medida de las posibilidades de cada uno
LOS SACRAMENTOS
Son signos eficaces de la gracia, instituidos por Jesucristo y confiados a la Iglesia, por los cuales no es dispensada la vida divina
Los sacramentos son siete:
1. Bautismo
2. Confirmación
3. Eucaristía
4. Penitencia
5. Unción de los enfermos
6. Orden sacerdotal
7. Matrimonio
PASOS PARA UNA BUENA CONFESIÓN
La Iglesia nos propone cinco pasos a seguir para hacer una buena confesión
1. Examen de Conciencia. Ponernos ante Dios que nos ama y quiere ayudarnos. Analizar nuestra vida y abrir nuestro corazón sin engaños. Puedes ayudarte de una guía para hacerlo bien.
2. Arrepentimiento. Sentir un dolor verdadero de haber pecado porque hemos lastimado al que más nos quiere: Dios.
3. Propósito de no volver a pecar. Si verdaderamente amo, no puedo seguir lastimando al amado. De nada sirve confesarnos si no queremos mejorar. Podemos caer de nuevo por debilidad, pero lo importante es la lucha, no la caída.
4. Decir los pecados al confesor. El Sacerdote es un instrumento de Dios. Hagamos a un lado la “vergüenza” o el “orgullo” y abramos nuestra alma, seguros de que es Dios quien nos escucha.
5. Recibir la absolución y cumplir la penitencia. Es el momento más hermoso, pues recibimos el perdón de Dios. La penitencia es un acto sencillo que representa nuestra reparación por la falta que cometimos