viernes, 25 de abril de 2014

Conversación con Jesús de la Misericordia durante 30 días


Mi Jesús en ti deposité toda mi confianza, tu sabes de todo Padre y Señor del universo, eres el Rey de reyes, tú que hiciste al paralítico andar, al muerto vivir y al leproso sanar.

Tú que conoces mis angustias y ves mis lágrimas, bien sabes divino amigo, como preciso alcanzar de ti esta gracia.
(Pedir la gracia)

Haz divino Jesús que antes de que termine esta conversación que tendré contigo durante 30 días, yo pueda alcanzar esta gracia que te pido con mucha fe y esperanza.

Mi conversación contigo divino Maestro me da ánimo y alegría para vivir, sólo de ti espero con fe y esperanza
(Pedir la gracia)

Ilumina mis pasos, así como el sol ilumina cada mañana el amanecer y testifica nuestra conversación


Jesucristo tengo confianza en ti y cada día, más aumenta mi fe en ti.

domingo, 20 de abril de 2014

Mensaje de Pascua


Pascua de resurrección es:

Pasar de la oscuridad a la luz.

De la mentira a la verdad.

Del pecado a la gracia.

De la desesperación a la esperanza.

Del egoísmo a la entrega y al servicio.

Del odio al amor.

Del rencor y la venganza al perdón.

De la violencia a la paz.

De la soberbia a la humildad.

De la división a la unión.

De la tristeza a la alegría.

De la muerte a la vida.

Para resucitar con Jesucristo.

Gozar de su gloria en el cielo
y de la vida eterna.

Amén.

(D. Ángel Soler Larrosa. Sacerdote Diocesano)


“Lo que no se valora no se cuida y lo que no se cuida se pierde” (San Agustín)

viernes, 18 de abril de 2014

A Jesús en la cruz


Por ti llevo mi cruz, la de esta vida mía, que noche ya sería si no fuese tu luz.

Por ti, que en el madero, con tres clavos estás y así lección me das sufriendo tú primero.

Por ti, Señor, yo quiero hacer de cada día mi ofrenda de romero.

Y al fin de este sendero, feliz el alma mía será, si por ti muero.


C. H. S. 

viernes, 11 de abril de 2014

Oración por la familia


Oh Dios, de quien procede toda la paternidad en el cielo y en la tierra,
Padre, que eres Amor y Vida,
Haz que cada familia humana sobre la tierra se convierta,
Por medio de tu Hijo, Jesucristo, “nacido de Mujer”,
Y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina,
en verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones que siempre se renuevan.

Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos,
Hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.

Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo,
Para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.

Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias.

Haz, finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra,
Pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia.

Por Cristo, Nuestro Señor, que es camino, verdad y vida,
por los siglos de los siglos.

Amén.
                     

Juan Pablo II

domingo, 6 de abril de 2014

El valor de la oración

(En una carta dirigida a su hermana Celina, que todavía no había ingresado en el Carmelo, Santa Teresita le habla del valor de la oración para la salvación de las almas).

Jesús                                                         

15 de agosto de 1892

Celina querida:

(...) Una vez, Jesús decía a sus discípulos, mostrándoles los campos de mieses maduras: «Levantad los ojos y contemplad los campos, que están ya blancos para la siega». Y un poco más tarde: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores».

¡Qué gran misterio...! ¿No es Jesús todopoderoso? ¿No son las criaturas de quien las ha hecho? Entonces, ¿por qué dice Jesús: «Rogad al Señor de la mies que envíe trabajadores»? ¿Por qué...? ¡Ah!, es que Jesús siente por nosotras un amor tan incomprensible, que quiere que tengamos parte con él en la salvación de las almas. El no quiere hacer nada sin nosotras. El creador del universo espera la oración de una pobre alma para salvar a las demás almas, rescatadas como ella al precio de toda su sangre.

Nuestra vocación no consiste en ir a segar en los campos de mieses maduras. Jesús no nos dice: «Bajad los ojos, mirad los campos e id a segar». Nuestra misión es más sublime todavía. He aquí las palabras de nuestro Jesús: «Levantad los ojos y mirad». Mirad cómo en mi cielo hay sitios vacíos, a vosotras os toca llenarlos, vosotras sois mis Moisés orando en la montaña, pedidme trabajadores y yo los enviaré, ¡no espero más que una oración, un suspiro de vuestro corazón...!

El apostolado de la oración ¿no es, por así decirlo, más elevado que el de la palabra? Nuestra misión, como carmelitas, es la de formar trabajadores evangélicos que salven millares de almas, cuyas madres seremos nosotras...

Tu Teresa del Niño Jesús
rel. carm. ind
(religiosa carmelita indigna)