Miradme,
oh mi amado buen Jesús,
postrado en vuestra santísima presencia;
os ruego con el mayor fervor
imprimáis en mi corazón
vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad,
verdadero dolor de mis pecados
y propósito firmísimo de enmendarme!.
Mientras que yo con el mayor amor
y compasión de que soy capaz
voy considerando vuestras cinco llagas
teniendo presente aquello que dijo de Vos,
oh Dios mío, el santo profeta David:
“Han taladrado mis manos y mis pies
y se pueden contar todos mis huesos”
Padrenuestro, avemaría y Gloria
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