su oblación es haz de luz,
reina Dios desde el madero,
fulge el signo de la cruz.
En los cielos contemplamos
nuestra prenda tan locuaz
como símbolo divino
de salud, de amor, de paz.
¡Resplandece, brilla, avanza,
oh estandarte del gran Rey!
¡Oh cruz, única esperanza
y resumen de su ley!
Que presidas nuestra suerte
-cada cual con nuestra cruz-
y en la hora de la muerte
nos conduzcas a Jesús.
Gloria al Padre con el Hijo y el Espíritu de amor;
las tres personas reciban por la cruz igual honor.
Amén
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