Oh tú, el más allá de todo,
¿No es eso todo lo que se puede
cantar de ti?
¿Qué himno te dirá el lenguaje?
Ninguna palabra te expresa,
¿A qué se puede aferrar el
espíritu?
Tú superas toda comprensión.
Solo, tú eres indecible
Porque todo lo que se dice ha salido
de ti.
Todos los seres,
Los que hablan y los que son
mudos
Te proclaman.
Todos los seres,
Los que piensan y los que no
tienen pensamiento,
Te rinden homenaje.
El deseo universal,
El universal gemido tiende hacia ti.
Todo lo que existe te ruega,
Y todo ser que piensa tu universo
Eleva hacia ti un himno de
silencio.
Todo lo que permanece, permanece
por ti;
Por ti subsiste el movimiento
universal.
Tú eres el fin de todos los
seres;
Tú eres todo ser y no eres
ninguno.
Tú no eres un solo ser,
Tú no eres su conjunto;
Tú tienes todos los nombres, ¿y
cómo te nombraría yo, a ti, al único que no se puede nombrar?
Ten piedad, oh tú, el más allá de
todo,
¿no es eso todo lo que se puede
cantar de ti?
(San Gregorio Nacianceno) S. IV
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