Señor Jesús, que nos prometiste:
“pedid y recibiréis, llamad y se os
abrirá”,
Regálanos las vocaciones sacerdotales
Que tanto necesita tu iglesia
Y el mundo de hoy.
Haz que las familias sean el campo fértil
Donde puedan germinar.
Bendice el trabajo apostólico de
catequistas
Y educadores, para que logren despertar
Y madurar la vocación sacerdotal
En aquellos que tú, Señor,
Has elegido a tu servicio.
Ilumina la tarea educativa de los
formadores
Del Seminario para que creen
Un verdadero cenáculo
Donde el encuentro contigo ayude
A cada seminarista a configurar su corazón,
De Buen Pastor, con el tuyo.
Que Santa María, Reina de los Apóstoles,
Lleve de la mano a los seminaristas y
sacerdotes
Para que sean realmente gloria de la
Iglesia
Y un verdadero don de Dios para el
mundo.
Amén.
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