Mensaje de Jesús
¿Por qué te confundes y te agitas ante
los problemas de la vida?.
Déjame el cuidado de todas tus cosas y
todo irá mejor.
Cuando te entregues a mí, todo se
resolverá con tranquilidad según mis designios.
No te desesperes, no me dirijas una oración
agitada,
como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.
Cierra los ojos del alma y dime con
calma:
¡Jesús, yo confío en Ti!
Evita las preocupaciones angustiosas y
los pensamientos sobre lo que puede
suceder después.
No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas.
Déjame ser DIOS y actuar con libertad.
Entrégate confiadamente a mí.
Reposa en mí y deja en mis manos tu
futuro, dime frecuentemente:
¡Jesús, yo confío en Ti!
Lo que más daño te hace es tu
razonamiento y tus propias ideas, y querer resolver las cosas a tu manera,
cuando me dices:
¡Jesús, yo confío en Ti!
No seas como el paciente que le dice al
médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo.
Déjame llevar con mis brazos divinos, no
tengas miedo, yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se
complican a pesar de tu oración, sigue confiando, cierra los ojos del alma y
confía.
Continúa diciéndome a toda hora:
¡Jesús, yo confío en Ti!
Necesito las manos libres para poder
obrar.
No me ates con tus preocupaciones inútiles,
Satanás quiere eso, agitarte,
angustiarte y quitarte la paz. Confía en mí; reposa en mí. Entrégate a mí. Yo hago
los milagros en la proporción de la entrega y confianza que tienes en mí. Así que
no te preocupes. Echa en mí todas tus angustias y duerme tranquilo.
Dime siempre:
¡Jesús, yo confío en Ti!
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