¡Oh Jesús misericordioso,
tendido sobre la cruz, ten presente
la hora de nuestra muerte!
¡Oh corazón misericordiosísimo
de Jesús, abierto con una lanza,
protégeme a la hora de mi muerte!
¡Oh Sangre y Agua que brotaste del
Corazón de Jesús como una fuente
de insondable misericordia para mi
en la hora de mi muerte!
¡Oh Jesús agonizante, rehén
de la misericordia, apacigua la ira
divina en la hora de mi muerte!
(diario 813)
Oh Jesús mío,
que los últimos días de mi destierro
sean completamente conformes
a tu santísima voluntad.
Uno mis sufrimientos, mis amarguras
y mi agonía a Tu sagrada pasión
y me ofrezco por el mundo entero
para obtener una abundancia
de misericordia para las almas.
Confío firmemente y me someto
por completo a Tu santa voluntad
que es la misericordia misma
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