sábado, 14 de mayo de 2011

Magnificat (cántico de la Virgen María)

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.


Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.


El hace proezas con su brazo;
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.


Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
- como lo había prometido a nuestros padres-  
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

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