Un día, una amiga le preguntó a otra.
¿Por qué tú siempre estás feliz?
Tienes tanta energía, y nunca estás decaída.
¡Yo tengo un secreto!
¿Cual es el secreto?, contestó Ella.
Yo te diré mi secreto, pero tienes que prometerme, que compartirás ese secreto con otros.
He aprendido que es muy poco lo que puedo hacer en mi vida que me haga muy feliz.
Yo tengo que depender de Dios para ser Feliz y llenar mis necesidades.
Cuando tengo una necesidad en mi vida, Yo debo confiar en Dios, que proveerá conforme a mis necesidades.
He aprendido en todo este tiempo que no necesito ni la mitad de lo que creo necesitar.
El nunca me ha abandonado. Desde que aprendí ese secreto, Soy Feliz.
¡Eso es muy Simple!
Pero reflexionando en su propia vida recordó, como pensó que una casa más grande la haría muy feliz, pero no fue así!.
Ella pensó que un mejor trabajo, en el que se pagara más, la haría feliz, pero tampoco fue así.
Ella pensó que su mayor felicidad, sería estar sentada en la casa con sus nietos, jugando, comiendo pizza o leyéndoles una historia.
Un simple regalo de Dios.
No podemos depender de otros para ser Felices.
Solamente Dios en su gran sabiduría puede hacer eso.
Cuando te sientas decaído porque no obtuviste lo que deseabas, solamente siéntate, descansa y se Feliz, porque Dios ha pensado en darte algo mejor de lo que tu esperas.
¡Confía en DIOS!
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