¡Oh Espíritu Santo!,
alma de mi alma,
te adoro; ilumíname, guíame,
fortifícame, consuélame,
dime que debo hacer.
Concédeme someterme
a todo lo que quieras de mí,
y aceptar todo lo que permitas
que me suceda.
Hazme solamente conocer
y cumplir tu voluntad.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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