Dios omnipotente,
que estás presente en todo el
universo
y en la más pequeña de tus
criaturas.
Tú, que rodeas con tu ternura
todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza
de tu amor
para que cuidemos la vida y la
belleza.
Inúndanos de paz,
para que vivamos como hermanos
y hermanas sin dañar a nadie.
Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados
de esta tierra
que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores
del mundo
y no depredadores,
para que sembremos hermosura
y no contaminación y
destrucción.
Toca los corazones
de los que buscan sólo
beneficios
a costa de los pobres y de la
tierra.
Enséñanos a descubrir el valor
de cada cosa,
a contemplar admirados,
a reconocer que estamos
profundamente unidos
con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz
infinita.
Gracias porque estás con
nosotros todos los días.
Aliéntanos, por favor, en
nuestra lucha
por la justicia, el amor y la
paz.
Papa Francisco
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