Dios omnipotente y
misericordioso, Señor del Universo y de la historia humana.
Todo lo que has creado es
bueno, y tu compasión por el hombre, que te abandona una y otra vez, es
inagotable.
Venimos hoy a implorarte que
ampares al mundo y a sus habitantes con la paz, alejando de él el destructivo
oleaje del terrorismo, restaurando la amistad y derramando en los corazones de
tus criaturas el don de la confianza y la prontitud para perdonar.
Dador de la vida, te pedimos
también por todos los que han muerto, víctimas de los brutales ataques
terroristas. Concédeles la recompensa y la alegría eternas. Que intercedan por
el mundo, sacudido por la angustia y desgracias.
Jesús, Príncipe de la Paz, te
rogamos por los heridos en los ataques terroristas: los niños y los jóvenes,
las mujeres y los hombres, los ancianos, las personas inocentes y los que han
sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo y el corazón, que se sientan
fortalecidos por tu consuelo, aleja de ellos el odio y el deseo de la venganza.
Santo Espíritu Consolador,
visita a las familias que lloran la pérdida de sus familiares, víctimas
inocentes de la violencia y el terrorismo.
Cúbreles con el manto de tu
divina misericordia. Que encuentren en Ti la fuerza y el valor para continuar
siendo hermanos y hermanas de los demás, especialmente de los extranjeros y los
inmigrantes, testimoniando con su vida tu amor.
Mueve los corazones de los
terroristas para que reconozcan la maldad de sus acciones y vuelvan a la senda
de la paz y el bien, el respeto por la vida y la dignidad de cada ser humano,
independientemente de su religión, origen o status social.
Dios, Eterno Padre, escucha
compasivo esta oración que se eleva hacia Ti entre el estruendo y la
desesperación del mundo. Llenos de confianza en tu infinita Misericordia,
confiando en la intercesión de tu Santísima Madre, fortalecidos con el ejemplo
de los beatos mártires de Perú, Zbigniewa y Michata, que has convertido en valientes
testigos del Evangelio hasta derramar su sangre, nos dirigimos a Ti con gran
esperanza, suplicando el don de la paz y pidiendo que alejes de nosotros el
látigo del terrorismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Amén.
Papa Francisco Basílica de San Francisco en
Cracovia (30.7.2016)
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