Querida/o:
¿Cómo estás? ¿Qué tal esta semana? ¿Cómo la has vivido? ¿Qué ha pasado por tu corazón?
Quisiera que este momento sea importante y “mágico” para ti.
De puntillas y en silencio me apetece entrar en tu corazón. Digo de puntillas y silencio porque el corazón es sagrado, es el mejor tesoro de la persona, es la mayor fuente de felicidad y, por qué no, a veces también de tristeza.
El corazón es el centro del ser humano porque en él hay muchos nombres de personas, las que te han ido dejando huella. Y por eso un corazón es la suma de muchos corazones que se albergan en él.
Estamos en ADVIENTO.: Tiempo de preparar el corazón, para que nuestro latido tenga un mismo ritmo: el del AMOR.
Por eso me gustaría que en tu corazón haya un rinconcito reservado para mí porque me gustan tus cosas, me interesan tus asuntos…en definitiva me importas tú. Cuando tu corazón se alegra, yo me alegro contigo. Cuando está triste, me entristezco también. Cuando hay dolor… también sufro. Cuando haces feliz a alguien… me alegro, y cuando esto ocurre y te atreves a mirar al cielo, empieza a brillar una nueva ESTRELLA. Cuando disfrutas, disfruto…Cuando le haces daño a alguien aún sin querer, me entristezco y ¿sabes por qué? Porque amo al SER HUMANO.
Quisiera que hoy me prepararas un rincón de tu corazón. No te preocupes porque los dos sabemos qué es lo que te preocupa, lo que te inquieta…Sé de tu corazón y ¿sabes? me gusta. Me gusta así como es…me gustas así como eres.
Cuando mis padres buscaban posada para mi nacimiento, no lo encontraron. Iban llamando de puerta a puerta, de corazón a corazón y nada.
No sé si ahora en el siglo XXI encontrarían posada o se repetiría lo mismo. Pero tengo la corazonada que tu corazón, vuestro corazón, está abierto para acogerme con cariño.
Ahora me gustaría que te pusieras “manos a la obra” y pusieras a punto tu corazón.
Cuando ya esté preparado, pon en él todos los detalles “preciosos”, lo que quieras y que tu sabes que me gusta…Sería divertido que pudieras viajar hasta el lugar donde nací e imaginarte que eres un personaje de Belén (un pastor, un comerciante, un niño...) y comenzar a CAMINAR.
Toma tu equipaje (no mucho, que te cansas) y en cuatro semanas, montándote en la máquina del tiempo, llegarás al portal de Belén donde yo estaré. Hay que prepararse. ¡Animo y adelante! Cada semana será una parada. En esa parada me encantaría que metieras en tu mochila un regalo para mí. Te diré un secreto: los regalos que más me gustan son los de tu corazón.
Así tu corazón estará preparado con lo mejor que tengas.
GRACIAS. Este año tendré la mejor posada, tendré los mejores corazones donde poder nacer.
Me acurrucaré en tu rinconcito y te ayudaré…
Un fuerte abrazo:
Jesús.
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