sábado, 12 de diciembre de 2015

Misericordiosa Virgen de Guadalupe





Acuérdate, oh misericordiosísima Virgen de Guadalupe, que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro ha sido abandonado por ti.

Animado con esta confianza a ti acudo, ¡Oh Virgen Madre! y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.

No deseches ¡Oh Madre de Dios! mis humildes súplicas, antes bien inclina a ellas tus oídos y dígnate atenderlas favorablemente.

Amén.