domingo, 30 de julio de 2017

Madre María Josefa del Corazón de Jesús





La Madre María Josefa del Corazón de Jesús nació en Pamplona (Navarra) el 25 de noviembre de 1915.

Ingresó en el Carmelo del Cerro de los Ángeles, entonces refugiado en el Desierto de las Batuecas, el 18 de noviembre de 1938.

La recibió Santa Maravillas de Jesús, que era priora y maestra de novicias.

Fue una de sus hijas predilectas que supo mantener y conservar su espíritu y colaboró con ella en todas sus fundaciones, sacrificándose por ellas sin calcular ni medir.

Falleció en el Carmelo del Cerro de los Ángeles el 2 de octubre de 2004.

La Santísima Virgen, a la que tanto había amado durante toda su vida, vino a buscarla el primer sábado del mes del Rosario para llevarla consigo al cielo, desde donde deseaba seguir trabajando por la gloria de Dios y el bien de las almas.

ORACIÓN.

Corazón Sacratísimo de Jesús, hoguera ardiente de caridad, que nos mandaste amarnos unos a otros como Tú nos has amado. Tú que te dignaste encender  en el corazón de esta humilde Carmelita, María Josefa del Corazón de Jesús, una chispa de ese fuego, haz que sepamos acoger a todos con la misma humildad y caridad con que ella cumplió este precepto, para reflejar así en todos el amor de tu Corazón. Dígnate glorificar a tu sierva María Josefa y concédeme por su intercesión el favor que te pido…

Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Amén

sábado, 22 de julio de 2017

Oración para la noche



¡Dios mío y Señor mío!
Te doy gracias por todos los beneficios
que me has concedido el día de hoy,
por haberme creado, redimido y llamado a la fe católica.

Por haberme librado de peligros
de alma y de cuerpo.

Te pido perdón por todas las faltas
que he cometido durante este día,
me duele de todo corazón haberte ofendido,
propongo enmendarme y no pecar más.

Amén.

martes, 18 de julio de 2017

Fineza de amor



Jesús Dulce Amante
y sabio Maestro,
una nueva prueba
me dio de su amor,
y junto con ella
¡Oh Bondad Divina!
Él quiere enseñarme
una gran lección.

Esta mañanita
salí a nuestra huerta
a regar las plantas
hierbas a quitar
y ¡oh, grata sorpresa!...
Me encontré entre ellas
aquella plantita
que gusto me da.

¿Quién allí la puso?
(yo no la he sembrado)
¡Tus manos Divinas!
¡Y tu Corazón!
Allí la pusieron
¡Para complacerme!...
¡Oh, tierna fineza!
¡Oh, exceso de Amor!...

Y quiere enseñarme
el Dulce Maestro
que si me recojo
y practico humildad
y quito las hierbas
de mis apetitos
plantará en mi alma
Su gran Caridad.

Vendrán a su “centro”
los Tres complacidos
y en ella agradados
harán su mansión;
Me enseñarán luego
la Ciencia sabrosa
y gustaré entonces
su contemplación.