sábado, 31 de mayo de 2014

Salve, Reina de los Cielos


Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.

D: Que con el auxilio de tan dulce intercesora,

T: seamos siempre fieles en el terreno caminar.


Amén

sábado, 24 de mayo de 2014

Concebirás y darás a luz un hijo


Has oído, virgen, que concebirás y darás a luz un hijo.

Has oído que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo.

Mira que el ángel aguarda tu respuesta: ya es tiempo de que vuelva al Señor que lo envió.

También nosotros, condenados a muerte por sentencia divina, esperamos, Señora, tu palabra de misericordia.

En tus manos está el precio de nuestra salvación; Si consientes, de inmediato seremos librados.

Apresúrate a dar tu consentimiento, Virgen, responde sin demora al ángel, mejor dicho, al Señor, que te ha hablado por medio del ángel.

Di una palabra y recibe al que es la palabra, pronuncia tu palabra humana y concibe al que es la Palabra divina, profiere una palabra transitoria y recibe en tu seno al que es la Palabra eterna.

¿Por qué tardas? ¿por qué dudas?.

Cree, acepta y recibe.

Abre, Virgen Santa, tu corazón a la fe, tus labios al consentimiento, tu seno al Creador.

Mira que el deseado de todas las naciones está junto a tu puerta y llama.

Si te demoras, pasará  de largo y entonces, con dolor, volverás a buscar al que ama tu alma.

Levántate, corre, abre.

Levántate por la fe, corre por el amor, abre por el consentimiento.

Aquí está – dice la Virgen – “la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”


(San Bernardo)

viernes, 16 de mayo de 2014

Predestinada


Antes que el sol naciera en su hermosura
y que el valle en su vida floreciera
Antes que el alba en su fulgor te viera
y el cielo recortara tu figura.

Antes que el cielo te cante con su luna
y las estrellas brillen en la noche
antes que el aguacero en su derroche
llene los ríos que su voz acuna.

Desde siempre y para siempre la elegida
para ser madre y templo de justicia
para darle al que aguarda la noticia;
de la espera consumada, prometida.

Resplandece tu Nombre y nace un nuevo día
y susurra la brisa tu inocencia
en tu seno se acuna la clemencia
y los ángeles te cantan, Oh María.

Predestinada en Amor y consagrada
para ser Madre del Verbo de la vida
de la Palabra en tu carne entretejida
de la Victoria, por siempre pronunciada.


Fray Alejandro Ferreirós 

sábado, 10 de mayo de 2014

Oración a María madre de la compasión


Señor Dios de ternura y de piedad que para revelarnos la misericordia del Padre nos has enviado a tu Hijo Jesús, que por nuestro amor se ofreció sobre el altar de la cruz para obtener el perdón de nuestros pecados y la salvación del mundo.

En el Calvario hizo entrega a San Juan de su Madre.
Al pie de la cruz, ella acogió el testamento de amor de su Hijo y recibió como hijos a todos los hombres nacidos a la vida divina por la muerte de Cristo, convirtiéndose en Madre de misericordia y de compasión.

Santa María vuelve a nosotros tu mirada llena de misericordia y enséñanos la verdadera confianza y obediencia de la fe.
Concédenos creer con todas nuestras fuerzas en el poder del amor misericordioso del Padre revelado en Jesús y de ofrecernos a este amor en la Eucaristía cotidiana para que nos convirtamos en ofrenda eterna a la gloria de Dios.

Como sostuviste la oración de los Apóstoles en el Cenáculo, pide para nosotros en el nombre de tu Hijo Jesús, la efusión del Espíritu Santo.
Que él suscite nuestra oración de misericordia, nos conceda el don de oración y nos enseñe a vivir cada instante en la fidelidad y obediencia a su inspiración.

María, Madre de compasión, tu Hijo nos ha llamado a continuar tu obra de curación y compasión a todos los que sufren, especialmente a los que no conocen el amor del Padre;
haz de nosotros testigos de su amor misericordioso y concédenos consolar los cuerpos y los corazones afligidos para que todos los hombres descubran las señales del Reino de Dios y su presencia en medio de nosotros.


Amén.

sábado, 3 de mayo de 2014

Oración para las madres


Ayúdame Señor a comprender a mis hijos,
a escuchar pacientemente lo que quieren decirme,
y a responderles todas sus preguntas con amabilidad.

Evítame que los interrumpa,
que les dispute o contradiga.

Hazme cortés con ellos,
para que ellos sean conmigo de igual manera.

Dame el valor de confesar mis errores,
y pedirles perdón cuando comprenda que he cometido una falta.

Impídeme que lastime los sentimientos de mis hijos.

Prohíbeme que me ria de sus errores,
o que recurra a la afrenta y a la burla como castigo.

No me permitas que induzca a mis hijos a mentir o a robar.

Guíame hora tras hora para que confirme,
por lo que digo y hago,
que la honestidad es fuente de felicidad.

Modera, te ruego, la maldad en mí.

Evítame que los incomode,
y cuando esté malhumorada,
ayúdame, Dios mío, a callarme.

Hazme ciega ante los pequeños errores de mis hijos,
y auxíliame a ver las cosas buenas que ellos hacen.

Ayúdame a tratar a mis hijos como niños de su edad,
y no me permitas exigirles el juicio y convicciones de los adultos.

Facúltame para no robarles la oportunidad de confiar en si mismos, pensar, escoger o tomar decisiones.

Oponte a que los castigue para satisfacer mi egoísmo.

Socórreme, para concederles todos los deseos que sean razonables, y apóyame,
para tener el valor de negarles las comodidades que yo comprendo que les harán daño.

Hazme justa y ecuánime,
considerada y sociable para con mis hijos,
de tal manera que ellos sientan todo mi amor.

Amén.


Papa Francisco