martes, 29 de agosto de 2023

Virgen María Reina

 

Ser Reina del cielo vos,

Virgen, mucho os engrandece;

mas, pues Dios os obedece,

yo os llamo Reina de Dios.

 

Por esclava os sujetasteis

del que eternamente reina,

y en el mismo punto,

Reina de su mismo amor quedasteis.

 

Hoy Cristo reina por vos,

y así vuestro ser merece que,

pues Dios os obedece,

yo os llame Reina de Dios.

 

Alonso de Bonilla (ss. XVI-XVII)

 

sábado, 13 de mayo de 2023

Madre de la Iglesia

 

A ti nos dirigimos, Madre de la Iglesia, a ti que con tu si a Dios abriste la puerta a la presencia de Cristo en el mundo, en la historia y en los hombres, acogiendo, con humilde silencio y total disponibilidad, la llamada del Altísimo.

 

Extiende tu amor de madre sobre los misioneros esparcidos por el mundo entero.

 

Sobre los religiosos y religiosas que asisten a los ancianos, enfermos, impedidos y huérfanos.

 

Sobre aquellos que en la clausura viven de fe y amor, y oran por la salvación del mundo.

 

Amén.

 

(San Juan Pablo II)

 

sábado, 6 de mayo de 2023

Reina del cielo

 Reina del cielo,

de gracia llena,

blanca azucena,

flor virginal.

 

Ay, tu hermosura

me llena el alma

de dulce calma,

de amor filial.

 

¡Inmaculada,

virgen sagrada!

 

Virgen bendita,

reina de amor,

escucha, Madre,

nuestra oración.

 

Tú eres mi Madre,

tú eres mi luz,

tú eres mi encanto,

mi amparo tú.

 

¡Bajo tu manto

quiero vivir

y en un abrazo

tuyo morir!

 

(anónimo)

 

domingo, 2 de octubre de 2022

Reflexión sobre el Rosario

 

Además de oración por la paz, el Rosario es también, desde siempre, una oración de la familia y por la familia.

 

Conviene no descuidar esta preciosa herencia; la familia que reza unida permanece unida.

 

Contemplando a Jesús, cada uno de sus miembros recupera también la capacidad de volverse a mirar a los ojos, para comunicar, solidarizarse, perdonarse recíprocamente y comenzar de nuevo con un pacto de amor, renovado por el Espíritu de Dios

 

(San Juan Pablo II)

 

domingo, 3 de julio de 2022

Plegaria por la sabiduría

 

Dios de nuestros padres, Señor de la misericordia y Espíritu de la verdad, yo, pobre criatura, me postro ante tu divina Majestad, consciente de la infinita necesidad que tengo de tu divina Sabiduría, que he perdido a causa de mis pecados. Y pongo toda mi confianza en la promesa que has hecho a cuantos te la pidan sin dudar: hoy vengo a suplicártela con toda la insistencia posible y con la humildad más profunda.

 

Envíanos, Señor, esa Sabiduría que se mantiene siempre ante tu trono. Envíanosla para sostener nuestra debilidad, iluminar nuestra mente, inflamar nuestro corazón, hablar y obrar, trabajar y sufrir contigo, orientar nuestros pasos y llenar nuestra alma con las virtudes de Jesucristo y los dones del Espíritu Santo, pues sólo ella posee todos tus tesoros.

 

Padre de la misericordia y Dios de todo consuelo, te pedimos el tesoro infinito de tu Sabiduría, por las entrañas misericordiosas de María, por la sangre preciosa de tu amadísimo Hijo y por el deseo  ardentísimo que tienes de comunicar tus dones a tus desheredadas criaturas. ¡Escucha, Señor, nuestra plegaria!

 

(San Luís María Grignion de Montfort)