miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los Reyes Magos

Los Reyes Magos son verdad.         


Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escuchar como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
¿Papa?
  
- Sí, hija, cuéntame
  
- Oye, quiero... que me digas la verdad
  
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
  
- Es que... -titubeó Blanca
  
- Dime, hija, dime.
  
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?
      
El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.

- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
 
La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
 
- ¿Y tú qué crees, hija?
  
- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
  
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
  
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me   habéis engañado!
  
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca.
  
- Entonces no lo entiendo. Papá.
  
-  Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
 
Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
 
- Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
  
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían. 
 
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.

Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
  
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
  
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:  

- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme:
  
¿Qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
 
- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas.
  
Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero, no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
  
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
  
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
  
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
  
- Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
 
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?  

- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
  
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
 
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
  
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y  de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen.

También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos.

Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
 
Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
 
- Ahora sí que lo entiendo todo papá.., y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
  
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.
 
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.
 
Feliz Navidad desde todas las partes del mundo.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Las pertenencias

Un hombre murió intempestivamente…

Al darse cuenta vio que se acercaba un Ser muy especial, que no se parecía a ningún Ser Humano.

Quien llevaba una maleta consigo…

Y le dijo:

Bien amigo mío.
Es hora de irnos, soy la muerte…

El hombre asombrado le preguntó a la muerte…
Ya… tan pronto, tenía muchos planes…

Lo siento amigo…, pero es el momento de tu partida


¿Qué traes en esa maleta?
Y la muerte le contestó:

Tus pertenencias…

¿Mis pertenencias?
¿Son mis cosas, mis ropas, mi dinero?

Lo siento amigo, las cosas materiales que tenías, nunca te pertenecieron…, eran de la tierra.

…¿Traes mis recuerdos?

-Lo siento amigo,  esos ya no vienen contigo.
Nunca te pertenecieron, eran del tiempo

…¿Traes mis talentos?

Lo siento amigo pero, esos nunca te pertenecieron…
Eran de las circunstancias.

…¿Traes a mis amigos, A mis familiares?

Lo siento amigo pero ellos nunca te pertenecieron.
Eran del camino.

…. ¿Traes a mi mujer y a mis hijos?

Lo siento amigo, ellos nunca te Pertenecieron.
Eran de tu corazón.

¿Traes mi cuerpo?

Lo siento amigo…., ese nunca te perteneció.
Es propiedad de la tierra.

…¿Entonces, traes mi alma?

Lo siento amigo pero ella nunca te perteneció…
Era del Universo.

Entonces el hombre lleno de miedo arrebató  a la muerte  la maleta y al abrirla

…se dio cuenta que estaba vacía…

Con una lágrima de desamparo brotando de sus ojos, el hombre le dijo a la muerte
¿Nunca tuve nada?

Sí… amigo mío…

Cada uno de los momentos que viviste, fueron sólo tuyos…

La vida es sólo un momento… Un momento todo tuyo disfrútalo en su totalidad….

sábado, 25 de diciembre de 2010

En defensa de la familia

Ahora que se acerca la celebración de la Sagrada Familia, quiero reflejar en este artículo, algunos de los numerosos mensajes que el Papa Benedicto XVI, ha pronunciado en defensa de la familia, junto con una oración por ésta.


MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI A LOS PARTICIPANTES EN UNA CONFERENCIA INTERNACIONAL SOBRE EL TEMA: “VIDA, FAMILIA Y DESARROLLO: EL PAPEL DE LA MUJER EN LA PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS” (VATICANO, 20-21 DE MARZO 2009)

“…Cada día percibimos nuevas amenazas contra la vida, especialmente en sus fases más vulnerables. Aunque la justicia exige que sean denunciadas como violación de los derechos humanos, también deben suscitar una respuesta positiva y concreta. El reconocimiento y el aprecio del plan de Dios para las mujeres en la transmisión de la vida y en la educación de los hijos es un paso constructivo en esa dirección. Además, dada la notable influencia de las mujeres en la sociedad, es necesario animarlas a aprovechar la oportunidad de defender la dignidad de la vida mediante su compromiso en la educación y su participación en la vida política y civil. En efecto, al haber sido dotadas por el Creador con una "capacidad única de acogida del otro", las mujeres desempeñan un papel crucial en la promoción de los derechos humanos, porque sin su voz se vería debilitado el tejido social (cf. Congregación para la doctrina de la fe, Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el mundo, n. 13)”.


DISCURSO DE BENEDICTO XVI, DURANTE LA CONSAGRACIÓN DE LA IGLESIA DE LA SAGRADA FAMILIA Y DEL ALTAR, BARCELONA. DOMINGO 7 DE NOVIEMBRE DE 2010

"La iniciativa de este templo se debe a la Asociación de Amigos de San José, quienes quisieron dedicarlo a la Sagrada Familia de Nazaret. Desde siempre, el hogar formado por Jesús, María y José ha sido considerado como escuela de amor, oración y trabajo. Los patrocinadores de este templo querían mostrar al mundo el amor, el trabajo y el servicio vividos ante Dios, tal como los vivió la Sagrada Familia de Nazaret. Las condiciones de la vida han cambiado mucho y, con ellas, se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales. No podemos contentarnos con estos progresos. Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar".


FRAGMENTO DEL MENSAJE DE BENEDICTO XVI, PARA LA CELEBRACIÓN DE LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ DE 2.011

La familia, escuela de libertad y de paz

4. “Si la libertad religiosa es camino para la paz, la educación religiosa es una vía privilegiada que capacita a las nuevas generaciones para reconocer en el otro a su propio hermano o hermana, con quienes camina y colabora para que todos se sientan miembros vivos de la misma familia humana, de la que ninguno debe ser excluido.

La familia fundada sobre el matrimonio, expresión de la unión íntima y de la complementariedad entre un hombre y una mujer, se inserta en este contexto como la primera escuela de formación y crecimiento social, cultural, moral y espiritual de los hijos, que deberían ver siempre en el padre y la madre el primer testimonio de una vida orientada a la búsqueda de la verdad y al amor de Dios. Los mismos padres deberían tener la libertad de poder transmitir a los hijos, sin constricciones y con responsabilidad, su propio patrimonio de fe, valores y cultura. La familia, primera célula de la sociedad humana, sigue siendo el ámbito primordial de formación para unas relaciones armoniosas en todos los ámbitos de la convivencia humana, nacional e internacional. Éste es el camino que se ha de recorrer con sabiduría para construir un tejido social sólido y solidario, y preparar a los jóvenes para que, con un espíritu de comprensión y de paz, asuman su propia responsabilidad en la vida, en una sociedad libre”.


ORACIÓN POR LA FAMILIA.

Madre de la esperanza, que en Belén diste a luz a Jesucristo, el cual en la Cruz, supremo signo del amor, ha mostrado la gran esperanza a los hombres.

Intercede por nosotros, para que en cada familia cristiana se viva el amor fiel a imagen de Jesucristo, los jóvenes descubran la lógica del servicio, la vida humana sea acogida como sagrada e inviolable y la Iglesia sea el hogar donde cada persona experimente el abrazo de Dios.

Madre nuestra, enséñanos a creer, esperar y amar contigo.

Estrella del mar, brilla sobre nosotros y guíanos en nuestro camino para que la Iglesia y la familia sean esperanza para la humanidad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Por Qué Señor

¿POR QUÉ, SEÑOR
Aprovechas la orfandad de la noche sin más cortejo, que el amor de una Virgen, al amparo del cayado de un anciano, para nacer pobre siendo inmensamente rico?

¿POR QUÉ, SEÑOR
Pudiendo ser agasajado por cortejos reales, prefieres la bondad y las sencillez de unos pastores y el calor de una mula y un buey?

¿POR QUÉ, SEÑOR
Comunicándote como siempre lo has hecho a través de profetas y reyes con signos, milagros  y portentos, te sirves tan sólo de unos ángeles que van pregonando tu gloria y tu nacimiento de valle en valle?

¿POR QUÉ, SEÑOR
Siendo Dios, como Tú lo eres, te humillas tanto a favor de aquellos que, siendo hombres, a veces nos sentimos “dioses”

Dinos, Señor; ¿Por qué te haces tan pequeño? ¿Por qué quieres llorar y sufrir como el hombre? ¿Acaso no sabes que, por ser hombre, te espera una cruz, levantada por hombres, allá en un sangriento horizonte


¿POR QUÉ, SEÑOR
Rompes las fronteras del cielo y te adentras, sin ruido ni aspavientos, en la débil humanidad que espera tu salvación?

¿POR QUÉ, SEÑOR?
Sólo hay una respuesta, tan grande como Tú mismo y tan corta la palabra que te define: ¡TODO POR AMOR!

Por amor naces y por amor bajas. Por amor lloras y por amor redimes. Por amor te dejas adorar

Y por amor, un día también, en otro trono, de madera también, demostrarás lo mucho que nos amas.

¡POR AMOR, SEÑOR, VIENES AL MUNDO

P. Javier Leoz

lunes, 20 de diciembre de 2010

Quejas de Navidad

Se acerca la Navidad, fecha de mi cumpleaños. En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión. En todas partes no se habla de otra cosa, sino de lo poco que falta par que llegue ese día. Me agrada saber que al menos un día al año algunas personas piensan un poco en Mi. Hace muchos años se empezó a celebrar esta fiesta de mi cumpleaños. La verdad es que al principio las gentes no acababan de comprender y agradecer lo mucho que hice por ellas. Pero hoy en día me da la impresión que nadie sabe para qué se celebra esta fiesta.

La gente se reúne y se divierte mucho, pero no saben de qué se trata. Recuerdo que el año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor. Había cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y recuerdo que había también muchos regalos. Pero ¿sabes una cosa?, ¡Ni siquiera me invitaron!. Yo era en realidad el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme. Cuando fui a asistir a la gran fiesta, me dejaron fuera, me cerraron la puerta… y yo deseaba compartir la mesa con ellos…

La verdad es que no me sorprendí. Ya en los últimos años me cerraron la puerta. Y, como no me habían invitado, se me ocurrió entrar sin hacer ruido. Entré y me quedé en un rincón. Todos estaban bebiendo, había algunos ebrios contando chistes, carcajeándose. Lo estaban pasando en grande. Para colmo llegó un viejo gordo, vestido de rojo, de barba blanca. Parecía que había bebido de más y se dejó caer pesadamente en un sillón, y todos los chicos corrieron hacia él, gritando: “¡Santa Claus, Santa Claus!”, ¡Como si la fiesta fuera en su honor!


Llegaron las doce de la noche y todos empezaron a abrazarse. Yo extendí mis brazos, esperando que alguien me abrazara y… ¿sabes? Nadie me abrazó… De repente todos empezaron a repartirse los regalos. Uno a uno los fueron abriendo, hasta que abrieron todos. Me acerqué para ver si de casualidad había alguno para mí. ¡Nadie se había acordado de mí!, ¿Qué sentirías tu, si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada? Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta; salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré. Cada año que pasa es peor. La gente sólo se acuerda de la cena, de los regalos y de las fiestas. Pero de mí nadie se acuerda.

Yo quisiera que este año tú me permitieras entrar en tu vida. Quisiera que reconocieras que hace más de dos mil años vine a este mundo para dar mi vida por ti en la cruz y de esta forma poder salvarte. Hoy sólo quiero que tú creas esto con todo tu corazón. Como tampoco me han invitado este año, he pensado hacer mi propia fiesta, no tan llamativa, pero en la que se intercambiarán muchas muestras de amor y cariño. Pienso invitar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Hay también una invitación para ti. Dime si quieres asistir y te reservaré un lugar. Pero sábete que, aunque todo el mundo esté invitado, sólo inscribiré con letras de oro en mi gran libro de invitados a aquellos que se alejan de esas fiestas, donde no me quieren ver, y vienen a la mía con el corazón abierto al amor. Espero que tú seas uno de ellos. ¡No te pierdas mi fiesta! Prometo llenarte de una alegría inolvidable.

Jesús de Nazaret

viernes, 17 de diciembre de 2010

Suelta tu carga

Un hombre iba por un camino con un pesado saco de patatas sobre sus espaldas. Caminaba lenta y sufridamente. Dios, que lo veía, le preguntó: "¿Hacia dónde vas con ese costal de papas?". El hombre miró hacia el cielo y le respondió insolentemente: "¿Por qué me preguntas si tú lo sabes todo?". Y siguió su camino.

En otro lugar, alejado de allí, otro hombre iba cargando una carretilla llena de ladrillos. Dios, que lo veía le preguntó:
"¿Hacia dónde vas con esa carretilla?". El hombre respondió: "Voy al pueblo".
Dios le dijo: "¿Quieres que te ayude con esa carga?". El hombre le contestó: "Puedo solo"...

En otro lugar, un hombre iba cargando un montón de leña atada con una cuerda. Dios, que lo veía, le dijo: "¿Hacia dónde vas con esa leña?". El hombre respondió: "La llevo a mi casa al otro lado de ese cerro". Dios le dijo:- ¿quieres que te ayude?". El hombre, accedió y Dios tomó la cuerda y cargó la leña.

Poco habían caminado, cuando el hombre le quitó la leña a Dios y la volvió a cargar él mismo. Dios siguió caminando a su lado y un kilómetro más adelante, el hombre se la volvió a entregar  para que El la cargara. Pero, más adelante, el hombre se la volvió a quitar y la cargó nuevamente y así siguió a lo largo del camino...

En otro lugar, muy lejos de allí, otro hombre iba por un camino llevando un pesado saco de arena. Dios, que lo veía, le dijo: "¿Hacia dónde vas con ese saco de arena?". El hombre respondió: "Tengo que llevárselo a mi patrón, que vive a 5 Km. de aquí". Le dijo Dios: "¿Quieres que te ayude?".


El hombre sonrió y le dijo: "¡Oh sí Señor, yo ya no puedo con esta carga!" y se la entregó. Siguieron caminando y el hombre le iba contando a Dios alegremente de su vida, de su familia y de su trabajo. Le hacía preguntas, le pedía opiniones, en fin, el hombre y Dios, conversando y conversando, llegaron a destino.

El hombre ya no se había acordado más de su carga. El Señor mismo cumplió la encomienda de entregársela al patrón de aquel hombre. El hombre agradeció mucho la ayuda y el Señor le dijo: No te dejaré ni te desampararé, siempre que me necesites, estaré contigo.

¿Con cuál de estos cuatro hombres te identificas?, ¿Eres como el primero que cuando tienes problemas, no tomas en cuenta a Dios?...O ¿eres como el segundo hombre, orgulloso y soberbio, que no acepta la ayuda de nadie? O ¿eres como el tercer hombre, que entrega su carga a Dios, pero en realidad su fe es escasa y decide volverla a cargar él mismo?

O ¿eres como el cuarto hombre, que mantiene una buena relación con Dios y humildemente y con alegría, acepta Su ayuda y se olvida de su carga hasta el final del camino, porque confía en que El tiene el poder para librarlo de esa carga, al punto de que él ya no tiene que preocuparse más por ella?...

Quizá cuando estás en problemas acudes a Dios, le pides, le lloras, pero no sueltas tu carga. Sigues soportando y sufriendo, en constante afán. Solo cuando voluntariamente le entregues esa carga, El la tomará y la cargará sobre Sus hombros.

Sigue el ejemplo del cuarto hombre, mantén una buena relación con Dios, deja que El te ayude con toda tu carga y descansa en El, esto quiere decir que ya no vas a seguir angustiado, porque tu problema está en Sus manos. Ya no vas a sentir su peso, ¡porque ese peso lo está llevando el Señor!

¿Cuál es tu carga?, ¿Decepción, traición, resentimiento, abuso, abandono, soledad, tristeza, baja autoestima, adicciones...? Cualquiera que sea tu carga, no importa el tiempo que la llevas sobre tu espalda, Jesús te dice:

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” (Mateo 11:28)

domingo, 12 de diciembre de 2010

La Isla


Había una vez una isla, en la que Vivían todos los sentimientos y valores del hombre:

El Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduría...  Como también todos los demás, incluso el Amor.

Un día se anunció a los sentimientos que la isla estaba por hundirse.

Entonces todos prepararon sus barcos y partieron. Únicamente el Amor quedó esperando solo, hasta el último momento.

Cuando la isla estuvo a punto de hundirse, el Amor decidió pedir ayuda.

La Riqueza pasó cerca del Amor en una barca lujosísima y el Amor le dijo:

 “Riqueza, ¿me puedes llevar contigo?”

"No puedo porque tengo mucho oro y plata dentro de mi barca y no hay lugar para ti."

Entonces el Amor decidió pedirle al Orgullo que estaba pasando en una magnífica barca,

“Orgullo te ruego, ¿puedes llevarme contigo?”

"No puedo llevarte, Amor..." respondió  el Orgullo: “aquí  todo es perfecto, podrías arruinar mi barca”.

Entonces el Amor dijo a la Tristeza que se estaba acercando:

"Tristeza te lo pido, déjame ir contigo."

"Oh Amor" respondió la Tristeza, “estoy tan triste que necesito estar sola”.

Luego el Buen Humor pasó frente al Amor; pero estaba tan contento que no sintió que lo estaban llamando.

De repente una voz dijo:

"Ven Amor, te llevo conmigo“

Era un viejo el que lo había llamado.

El Amor se sintió tan contento y lleno de gozo que se olvidó de preguntar el nombre al viejo.

Cuando llegó a tierra firme, el viejo se fue.

El Amor se dio cuenta de cuanto le debía y le preguntó al Saber:

“Saber, ¿puedes decirme quién me ayudó?”

“Ha sido el Tiempo” respondió el Saber.

“¿El Tiempo?" se preguntó el Amor,

“¿Por qué será que el Tiempo me ha ayudado?”.

El Saber lleno de sabiduría respondió:

"Porque solo el Tiempo es capaz de comprender cuan importante es el Amor en la vida".

martes, 7 de diciembre de 2010

Frases sobre María

Ave María
Que te salve Dios te digo,
María, por ser quien eres,
llena de gracia y abrigo;
el Señor Dios es contigo;
bendito el fruto y primor
de tu vientre sin dolor,
Jesucristo, nuestro Dios;
tú, Madre, ruega por nos
y por todo pecador.

(
Juan del Enzina)

María es nuestra Madre, la madre de nuestra vida, la madre de nuestra incorrupción, la madre de nuestra luz.

(S. Elredo)

Nos ha nacido una estrella del mar, es decir este mundo. Y por eso debemos levantar nuestros ojos a esta estrella que ha aparecido en la tierra.

(S. Elredo)

Para que María nos guíe, nos ilumine, nos muestre por dónde hemos de ir y nos aliente para que no desfallezcamos en el camino.

(S. Elredo)

Mucho tuvo que gozar María al tener en sus brazos tal hijo, al besarlo, al cuidarlo, al oír sus palabras, al ver sus milagros.

(S. Elredo)

Todo, absolutamente todo en nuestra vida está en manos de María, de manera que no hay que preocuparse que Ella lo arreglará todo; ponte en sus manos y confía

(S. Rafael Arnáiz)


Tu sola mereciste oír del ángel: Bendita tú entre las mujeres.

(S. Elredo)

¿Quién mejor que Ella para comprender, para ayudar, para consolar, para fortalecer?...

(S. Rafael Arnáiz)

¡Qué grande es Dios, qué dulce es María! ¡Qué alegría tan grande pensar en el cielo, cuando allá estemos a su lado, y cantemos siempre, siempre, siempre, unos los tiernos cantos del colegio; otros la Salve Regina; otros, el solemne y divino Magnificat de los coros monacales, y otros no sepan cantar, de tanto gozar de la hermosura de María

(S. Rafael Arnáiz)

¿Quién mejor que María, la Santísima Virgen, para refugio de nuestro pecados, de nuestras miserias?

(S. Rafael Arnáiz)

Creo que no hay temor en amar demasiado a la Virgen; creo que todo lo que en la Señora pongamos, lo recibe Jesús ampliado.

(S. Rafael Arnáiz)

Tu dices muchas veces: <todo por Jesús>; ¿por qué no le añades, <todo por Jesús y a Jesús por María>

(S. Rafael Arnáiz)

¡Sería todo tan fácil si acudiéramos siempre a la Señora! A mi me ha sacado adelante en muchas ocasiones.

(S. Rafael Arnáiz)

Ama mucho a la Virgen, y eso te ayudará para amar a Dios.

(S. Rafael Arnáiz)

Con Jesús y María a mi lado, lo puedo todo.
Aún con miserias y todo, la Virgen nos quiere mucho.

(S. Rafael Arnáiz)

La Santísima Virgen que me comprende sin necesidad de ruidos ni de palabras, es mi gran consuelo. Ante Ella deposito mi silencio.

(S. Rafael arnáiz)

lunes, 6 de diciembre de 2010

Adviento tiempo de espera

“Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos”
2 Adviento (A)
Mateo 3, 1 -12


"Convertíos porque está cerca el reino de Dios". Según Mateo, éstas son las primeras palabras que pronuncia Juan en el desierto de Judea. Y éstas son también las primeras que pronuncia Jesús, al comenzar su actividad profética, a orillas del lago de Galilea.

Con la predicación del Bautista comienza ya a escucharse la llamada a la conversión que centrará todo el mensaje de Jesús. No ha hecho todavía su aparición, y Juan está ya llamando a un cambio radical pues Dios quiere reorientar la vida hacia su verdadera meta.

Esta conversión no consiste en hacer penitencia. No basta tampoco pertenecer al pueblo elegido. No es suficiente recibir el bautismo del Jordán. Es necesario "dar el fruto que pide la conversión": una vida nueva, orientada a acoger el reino de Dios.

Esta llamada que comienza a escucharse ya en el desierto será el núcleo del mensaje de Jesús, la pasión que animará su vida entera. Viene a decir así: "Comienza un tiempo nuevo.
Se acerca Dios. No quiere dejaros solos frente a vuestros problemas y conflictos. Os quiere ver compartiendo la vida como hermanos. Acoged a Dios como Padre de todos. No olvidéis que estáis llamados a una Fiesta final en torno a su mesa".

No nos hemos de resignar a vivir en una Iglesia sin conversión al reino de Dios. No nos está permitido a seguir a Jesús sin acoger su proyecto.

El concilio Vaticano II lo ha declarado de manera clara y firme:
 "La Iglesia, al prestar ayuda al mundo y al recibir del mundo múltiple ayuda, no tiene más que una aspiración: que venga el reino de Dios y se realice la salvación del género humano".

Esta conversión no es sólo un cambio individual de cada uno, sino el clima que hemos de crear en la Iglesia, pues toda ella ha de vivir acogiendo el reino de Dios.

No consiste tampoco en cumplir con más fidelidad las prácticas religiosas, sino en "buscar el reino de Dios y su justicia" en la sociedad.

No es suficiente cuidar en las comunidades cristianas la celebración digna de los "sacramentos" de la Iglesia. Es necesario, además, promover los "signos" del reino que Jesús practicaba: la acogida a los más débiles; la compasión hacia los que sufren; la creación de una sociedad reconciliada; el ofrecimiento gratuito del perdón; la defensa de toda persona.

Por eso, animado por un deseo profundo de conversión, el Vaticano II dice así:
 "La liturgia no agota toda la actividad de la Iglesia, pues para que los hombres puedan llegar a la celebración, es necesario que antes sean llamados a la fe y la conversión". No lo tendríamos que olvidar.

(JOSÉ ANTONIO PAGOLA. Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS)