domingo, 15 de mayo de 2016

Oración por los cristianos perseguidos



Padre nuestro, Padre misericordioso y lleno de amor, mira a tus hijos e hijas que a causa de la fe en tu Santo Nombre sufren persecución y discriminación en Irak, Siria y tantos lugares del mundo.

Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe.

Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen.

Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe con alegría y libertad.

Que María, Auxiliadora y Reina de la Paz interceda por ellos y les guíe por el camino de santidad.

Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos aumente nuestro compromiso cristiano, que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe.

Abre, Señor, nuestros corazones para que con generosidad sepamos llevarles el apoyo y mostrarles nuestra  solidaridad.

Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

domingo, 8 de mayo de 2016

Santa hija de Dios



Santa hija de Dios,
Santa madre de Dios,
Santa esposa de Dios.

Mi corazón a tus plantas pongo,
divina María,
para que a Jesús se lo ofrezcas junto con el Alma mía.

Por vuestro corazón sagrado dulcísima Madre mía.

Defiéndenos de noche y de día,
y de toda culpa y pecado.

Amén.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Oración por nuestra tierra





Dios omnipotente,
que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas.
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.

Inúndanos de paz,
para que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a nadie.
Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados de esta tierra
que tanto valen a tus ojos.

Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores del mundo
y no depredadores,
para que sembremos hermosura
y no contaminación y destrucción.

Toca los corazones
de los que buscan sólo beneficios
a costa de los pobres y de la tierra.

Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa,
a contemplar admirados,
a reconocer que estamos profundamente unidos
con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.

Gracias porque estás con nosotros todos los días.
Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha
por la justicia, el amor y la paz.


Papa Francisco

domingo, 24 de abril de 2016

Oración del Jubileo de la Misericordia



Señor Jesucristo,
Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.

Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero;
a la adúltera y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en una criatura;
hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:
¡Si conocieras el don de Dios!

Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Amén.

domingo, 17 de abril de 2016

Oración al Espíritu Santo





¡Oh Espíritu Santo!,
alma de mi alma,
te adoro; ilumíname, guíame, fortifícame, consuélame,
dime que debo hacer.

Concédeme someterme
a todo lo que quieras de mí,
y aceptar todo lo que permitas
que me suceda.

Hazme solamente conocer
y cumplir tu voluntad.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.