viernes, 27 de enero de 2012

Asamblea en la carpintería

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar.

¿La causa?

¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba todo el tiempo golpeando.

El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo juego de ajedrez.

Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:

"Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y  concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos".

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que
el metro era preciso y exacto.

Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.

Ocurre lo mismo con los seres humanos. Observen y lo comprobarán. Cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos.

Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.

viernes, 20 de enero de 2012

Ven pronto señor

Ven a iluminar mis agujeros negros, mis oscuridades cotidianas.

Ven a revitalizar mi ánimo; a sacarme de las rutinas que me quitan vida.

Ven a reforzarme la escucha para atender al otro dejándome sorprender por él.

Ven a darme nuevos bríos para esas situaciones que son difíciles; pero contigo lo son menos.

Ven a ilusionarme con las pequeñas cosas a las que el corazón se me acostumbra.

Ven a despertarme el corazón adormecido ante tanto hermano que sufre.

Ven a renovarme la capacidad de trabajar  para ser un regalo para los otros.

Ven a entusiasmarme en las relaciones, para ver siempre lo mejor de el de al lado.

Ven a llenarme de amnesia la memoria para no guardar el mínimo rencor.

Ven para fortalecer y revitalizar mi palabra; para hablar de Ti y de tus cosas con verdad y entusiasmo.

Ven a liberarme de tantas ataduras que me crean mis infinitos deseos de tener.

Ven a sosegar mi cuerpo, cansado de tanto trajín.

Ven para pintar una sonrisa en mi alma y ser tu presencia en cada rincón.

Ven para refrescar mi saber y recorrer el camino de mi vida lo mejor posible.

Ven a sanar todo aquello que en mí está enfermo de autocompasión, egoísmo, vanidad y deseos de poder o de prestigio.

Ven para llenar de sentido mi vida, la vida, nuestra vida.

 Ven a vestirme el corazón de fiesta, convencido de que me has creado para ser feliz.

Ven a volverme creativo, osado, comprometido con la felicidad de los otros.

Ven para que juntos, iluminemos otras vidas, entusiasmemos otras historias.

Ven para recordarnos que todo lo que hacemos es parte del viaje hacia ti.

Ven para que descansemos en ti, como niños. Para que Tú nos pongas en marcha.

Ven e ilumina nuestra vida para que sea signo, de tu presencia, a nuestro alrededor.

Ven y refresca nuestra vida con el rocío de tu amor.

Ven y llena nuestra vida de serenidad y paz interior.

Ven, llénanos de tu ilusión; para crear tu Reino, esa tierra nueva.

Ven para renacer juntos en esta Navidad. Para hacerte presente en cada momento.

Ven y haznos comprometidos, solidarios, compasivos, cercanos y agentes de reconciliación.

Ven, Señor, queremos acogerte en lo profundo de nuestro corazón.

¡Ven pronto, Señor!

sábado, 14 de enero de 2012

La belleza del saludo

Cuenta una historia que un Judío trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega.

Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador. 

Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba. La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta. 

Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de la muerte. 

De repente se abrió la puerta. El guardia de seguridad entró y lo rescató. 

Después de esto, le preguntaron al guardia a qué se debía, que se le ocurriera abrir esa puerta si no era parte de su rutina de trabajo.

Él explicó: “llevo trabajando en esta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda por la mañana y se despide de mi por las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible.
     
Hoy me dijo “hola” a la entrada, pero nunca escuché - “hasta mañana” -.

Yo espero por ese hola,  buenos días,  y ese chau o hasta mañana - cada día.

Sabiendo que todavía no se había despedido de mi, pensé que debía estar en algún lugar del edificio, por lo que lo busqué y lo encontré”.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Santa María madre de Dios

La Solemnidad de Santa María Madre de Dios es la primer Fiesta Mariana que apareció en la Iglesia Occidental.

La antigüedad de la celebración mariana se constata en las pinturas con el nombre de "María, Madre de Dios" (Theotókos) que han sido encontradas, en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa en tiempos de las persecuciones.

Su celebración se comenzó a dar en Roma hacia el siglo VI, junto con la dedicación -el 1º de enero- del templo "Santa María Antigua” en el Foro Romano, una de las primeras iglesias marianas de Roma.

Esta fecha del 1 de Enero tiene una importancia especial en el Calendario Romano, ya que a partir del siglo II a. C. y desde el año 46 d. C. fue considerada el inicio del año.

Y Pablo VI proclamó también el 1 de Enero, la jornada de la Paz.

En el año de 431, el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, afirmando: "¿Entonces Dios tiene madre?  Pues entonces no condenemos la mitología griega, que les atribuye una madre a los dioses".

Ante ello, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso -la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años-, y basándose en la afirmación del símbolo de los Apóstoles:

"Jesucristo fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen" Theotókos, es decir, la Madre de Cristo que es Dios y hombre verdadero".

Por tanto, en María, fue engendrado el cuerpo Santo de Jesús al cual se le unió hipostáticamente el Verbo, la segunda persona de la Santísima Trinidad.

E iluminados por el Espíritu Santo declararon:
"La Virgen María, sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios".

Y acompañados por todo el gentío de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando:
"Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

Asimismo, San Cirilo de Alejandría resaltó: "Se dirá: ¿La Virgen es madre de la divinidad? A eso respondemos:

El Verbo viviente, subsistente, fue engendrado por la misma substancia de Dios Padre, que existe desde toda la eternidad...

Pero en el tiempo él se hizo carne, por eso se puede decir que nació de mujer".

La Iglesia coloca esta fiesta en tiempo de Navidad para celebrar la parte que tiene María en el misterio de salvación y exaltar su maternal divinidad por quien recibimos al autor de la Vida y de nuestra salvación.

Así mismo, hoy renovamos la adoración al príncipe de la Paz, e imploramos por medio de María, este don supremo tan necesario para el mundo.

María Santísima, verdadera Madre de Dios, estamos seguros que en este nuevo año intercederás por nosotros y nos alcanzarás de tu Hijo la Paz y el Amor para nuestros corazones, nuestros hogares y nuestros pueblos. Amén.

La información ha sido obtenida de:
http://siembraconmigo.blogspot.com/

martes, 27 de diciembre de 2011

Bendición del árbol de Navidad

Además del belén y de la imagen del Niño Jesús, hay otro signo que se ha convertido en característico de la Navidad, es el árbol.

De origen nórdico (Alemania, siglo XVI), tuvo desde el principio un sentido claramente cristiano. El árbol nos recuerda, por una parte, el árbol del Paraíso, según el libro del Génesis y por otra, el árbol que según el Apocalípsis estará plantado, como símbolo de vida y fecundidad, en el cielo. Entre uno y otro encontramos el árbol de la Cruz, en el que Jesús nos ha salvado.

Por tanto el árbol es signo de vida y frutos, pero también de luz, luz representada por las velas que algunas veces se ponen en su interior, o las luces de colores que cuelgan de él. Cristo es la luz, y la estrella que guío a los Magos de Oriente hasta donde estaba el recién nacido, es la estrella que ponemos en la copa del árbol, indicándonos el camino que nos lleva a celebrar su nacimiento.

Oración de bendición

Dios, Padre nuestro, fuente de la vida.
Tú has creado todo lo que existe,
la naturaleza, todos los seres vivos.

Hoy, en la alegría de las fiestas de la Navidad, Inauguramos este árbol,
que es como un signo de la fuerza y la fecundidad
que tú has puesto en nuestro mundo.
Este árbol nos invita a mirar hacia arriba, hacia ti,
y al mismo tiempo nos recuerda
que tú, al enviarnos a tu Hijo Jesús,
has querido estar cerca de nosotros
y has arraigado en nuestra tierra.

Estos días de Navidad
celebramos que tu Hijo ha venido a nacer
aquí, en nuestro mundo,
para llenarnos de luz, de gracia, de esperanza.

Dios, Padre nuestro,
que la luz y la gracia de Jesús, tu Hijo,
nos ilumine siempre. Amén.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Bendición imagen del Niño Jesús

En un espacio adecuado de la casa se puede colocar también una imagen del Niño Jesús, del tamaño que parezca oportuno.

Es una imagen que nos ayuda a visualizar el misterio de la Encarnación de Dios en nuestra historia. No sólo a los niños, sino también a los mayores, nos invita a dar profundidad cristiana a este período de fiestas de la Navidad.

Bendición del papa Juan Pablo II (Notitiae 1979, p.72)

Dios, nuestro padre,
tú amaste tanto a los hombres
que nos enviaste a tu único Hijo Jesús,
nacido de la Virgen María,
para salvarnos y conducirnos a ti.

Te pedimos que, con tu bendición,
esta imagen de Jesús,
que está a punto de venir de nuevo a nosotros,
sea, en nuestra casa,
signo de tu presencia y de tu amor.

Padre bueno, danos también a nosotros tu bendición,
y a todos nuestros familiares y amigos.
Abre nuestro corazón
para que podamos recibir a Jesús con gozo,
y hacer siempre lo que él nos pide
y verlo en todos los que tienen necesidad de nuestro amor.

Te lo pedimos en el nombre de Jesús,
tu  Hijo amado,
que viene para dar la paz al mundo.

El que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Bendición del belén

El pesebre, llamado también “belén” o “nacimiento”, es uno de los símbolos más clásicos de la Navidad. Se dice que fue San Francisco de Asís el que, a principios del siglo XIII, propagó esta iniciativa para ayudar a entender el misterio entrañable del nacimiento del Hijo de Dios.

El belén presenta las figuras que según los evangelios rodearon el acontecimiento: María y José, los ángeles, los pastores, los magos. Es un elemento pedagógico, para recordarnos cómo Dios se ha hecho uno de nuestra familia de una manera sencilla y profunda.

Bendición propuesta por el papa Pablo VI (Notitiae 1970, p.35)

Oh Dios, padre Santo,
que has amado tanto a los hombres
que les has enviado a tu Hijo Unigénito,
nacido de ti antes de todos los siglos.

Dígnate bendecir este belén
que será la alegría de esta familia cristiana.
Que estas imágenes del misterio de la encarnación
sostengan la fe de los padres y los adultos,
reaviven la esperanza de los niños
y aumenten en todos el amor.

Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amadísimo,
que nos ha salvado con su muerte y su resurrección
y que incesantemente ruega por nosotros delante de ti.