sábado, 23 de febrero de 2013

Cuando vuelto hacia ti de mi pecado

Cuando vuelto hacia ti
de mi pecado
iba pensando
en confesar sincero
el dolor desgarrado
y verdadero
del delito
de haberte abandonado;



Cuando pobre volvíme a ti humillado,
me ofrecí como inmundo pordiosero;
cuando, temiendo tu mirar severo,
bajé los ojos, me sentí abrazado.


Sentí mis labios por tu amor sellados
y ahogarse entre tus lágrimas divinas
la triste confesión de mis pecados.


Llenóse el alma en luces matutinas,
y, viendo ya mis males perdonados,
quise para mi frente tus espinas.


Amén.

sábado, 16 de febrero de 2013

Este es el día del Señor

Este es el día del Señor
Este es el tiempo de la misericordia.

Delante de tus ojos ya no enrojecemos
a causa del antiguo pecado de tu pueblo.

Arrancarás de cuajo el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde de corazón sincero.

En medio de los pueblos nos guardas
como un resto, para cantar tus obras
y adelantar tu reino.

Seremos raza nueva para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe, según tu Primogénito.

Caerán los opresores y exultarán los siervos; los hijos del oprobio serán tus herederos.

Señalarás entonces el día del regreso
para los que comían su pan en el destierro.

¡Exulten mis entrañas! ¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor, que es justo, revoca sus decretos:

la salvación se anuncia donde acechó el infierno, porque el Señor habita en medio de su pueblo.

Amén.


Fuente: liturgia de las horas

sábado, 9 de febrero de 2013

Oración al levantarse

Yo te adoro, Señor y Padre mío,
Y te amo con todo mi corazón.

Te doy gracias por haberme creado y hecho cristiano
Y por el nuevo día que me regalas.

Te ofrezco las acciones de este día.

Haz que sean según tu voluntad y para mayor gloria tuya.

Líbrame del pecado y de todo mal.

Que tu gracia esté siempre conmigo
Y con todos los que yo quiero.

AMÉN.

sábado, 2 de febrero de 2013

TE DEUM ( a ti Dios)

A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.

A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos,
los cielos y todas las potestades te honran.

Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.

Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza
el glorioso coro de los Apóstoles,
la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te proclama:

Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.

Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.

Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.

Creemos que un día
has de venir como juez.

Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.

Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.

Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.

Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

sábado, 26 de enero de 2013

Oración para pedir la intercesión de Juan Pablo II

Oh Trinidad Santa, Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al papa Juan Pablo II...

... y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la cruz de Cristo
y el esplendor del Espíritu de amor.

Él, confiando totalmente en tu infinita misericordia
y en la maternal intercesión de María,...

...nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.

Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad,
el favor que imploramos, ..., la unión y protección de Dios para todas las familias... 

... con la esperanza de que Juan Pablo II sea pronto incluido...

... en el número de tus santos.
 
AMEN

sábado, 19 de enero de 2013

Una lección de dignidad

Una mañana, cuando nuestro nuevo profesor de “INTRODUCCIÓN AL DERECHO” entró al aula de clase, lo primero que hizo fue preguntarle el nombre
a un alumno que estaba sentado en la primera fila:

-¿Cómo te llamas?

-Me llamo Juan, respondió.

-¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más!- gritó el desgraciado profesor.

Juan estaba desconcertado. Cuando reaccionó, se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase.

Todos estábamos asustados e indignados, pero nadie dijo nada.

El profesor continuó:

-Está bien, ahora sí, ¿Para qué sirven las leyes?...

Seguíamos asustados, pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta:

-Para que haya un orden en nuestra sociedad- respondió uno.

-¡No! – contesta el profesor.

-Para cumplirlas – responde otro.

-¡No! –replica nuevamente el profesor.

-Para que la gente mala pague por sus actos- dice otro alumno.

-¡No! – vuelve a replicar el profesor. Y continúa:

-Pero, ¿es que nadie sabrá responder esta pregunta?

-Para que haya justicia - dijo tímidamente una chica.

-¡Por fin! –Dice el profesor – Eso es…para que haya justicia.

Y nuevamente pregunta:

-Y ahora, ¿Para qué sirve la justicia?

Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera, sin embargo seguíamos respondiendo:

-Para salvaguardar los derechos humanos.

-Bien, ¿qué más? - decía el profesor.

-Para discriminar lo que está bien de lo que está mal…

-Para premiar a quien hace el bien.

-Ok, no está mal, pero…respondan a esta pregunta:

-¿Actué correctamente al expulsar de la clase a Juan…?

Todos nos quedamos callados; nadie respondía.

-Quiero una respuesta decidida y unánime - dice el profesor.

-¡¡¡No!!! –respondimos todos a la vez.

-¿Podría decirse que cometí una injusticia?

-¡Si! – respondimos todos en coro.

-Y, ¿Por qué nadie hizo nada al respecto?

-¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica?

-Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia.

-¡Todos! – Repitió: - ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más!

Y le dice a otro alumno mirándolo fijamente:

-Vete a buscar a Juan.

Aquel día recibimos la lección más práctica de derecho. Cabe agregar…

 
“TODO LO NECESARIO PARA QUE TRIUNFE EL MAL, ES QUE LAS PERSONAS DE BIEN NO HAGAN NADA AL RESPECTO”

viernes, 11 de enero de 2013

Oración de San Ignacio de Loyola

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas escóndeme.
No permitas que me aparte de ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame,
Y mándame ir a ti,
Para que con tus santos te alabe
Por los siglos de los siglos.

Amén.