sábado, 30 de mayo de 2015

Nuestra Señora de la Ternura





¡Oh mi reina y Señora mía!

Tú sola eres el consuelo que me ha dado Dios,
Tú la guía en mi peregrinación,
Tú la fortaleza en mis débiles fuerzas,
La riqueza en mis miserias,
La liberación de mis cadenas,
La esperanza de mi salvación,
Escucha mis súplicas.

Te lo ruego, ten piedad de mis suspiros,
quiero que seas mi Reina,
y yo tu humilde esclavo.

Quiero que seas el refugio, la ayuda, la esperanza y la fortaleza de mi alma.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

sábado, 16 de mayo de 2015

Virgen de Guadalupe





¡Virgen Santísima de Guadalupe,
Madre de Dios, Señora y Madre nuestra!

Míranos aquí  ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la tilma de Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia.

Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las  tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades.

En los peligros, en las enfermedades, en las  persecuciones, en las amarguras,  en los abandonos.

En la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros. 

Amén.

sábado, 9 de mayo de 2015

Devoción a la Virgen






¡Oh María señora y Madre mía!,
Dadme gracias para rezar devotamente vuestro Santísimo Rosario,
os lo ofrezco por el triunfo de la Santa Iglesia,
la paz del mundo,
la protección del Papa,
la conversión de los pecadores,
los agonizantes,
y en sufragio de las almas del purgatorio.

Madre Inmaculada, vida de mi amor, haz que tu Rosario nos conduzca a Dios.

sábado, 2 de mayo de 2015

Ante el sufrimiento






Madre Dolorosa te han llamado los siglos.

Y con razón, pues sufriste indeciblemente.

Tú corazón por la espada traspasado recuerda que con viva imagen que bien eres Maestra en saber bien sufrir.

Enseña a sobrellevar el sufrimiento, soportándolo con visión de eternidad, con esa esperanza, asociada a la Cruz reconciliadora de tu Hijo, el dulce Señor Jesús,
de la que vivamente das ejemplo.

Me atrevo a pensar que el misterio del dolor muchas veces se te hizo abrumador, como hoy siento el mío.

Auxíliame, pues, ¡oh poderosa intercesora!, dame la gracia que me permita aprender y vivir intensamente tu ejemplo y lección.

Que así sea.

viernes, 24 de abril de 2015

Oración del ángel en Fátima





Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jusucristo presente en todos los sagrarios de la Tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido.

Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María os pido la conversión de los pobres pecadores.

Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo.

Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.

sábado, 11 de abril de 2015

Oración para obtener la Divina Misericordia



¡Oh Dios de gran misericordia! bondad infinita, hoy toda la humanidad clama, desde el abismo de su miseria, a tu misericordia, a tu compasión, oh Dios; y grita con la potente voz de la miseria.

Dios indulgente, no rechaces la oración de los desterrados de esta tierra.

Oh Señor, bondad inconcebible que conoces perfectamente nuestra miseria y sabes que por nuestras propias fuerzas no podemos ascender hasta ti.

Te imploramos, anticípanos Tu gracia y multiplica incesantemente tu misericordia en nosotros para que cumplamos fielmente tu santa voluntad a lo largo de nuestras vidas y a la hora de la muerte.

Que la omnipotencia de tu misericordia nos proteja de las flechas de los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza, como tus hijos, esperemos tu última venida, ese día que conoces sólo Tú.


Y a pesar de toda nuestra miseria, esperamos recibir todo lo que Jesús nos ha prometido, porque Jesús es nuestra esperanza; a través de Su Corazón misericordioso, como a través de una puerta abierta, entramos en el cielo.

miércoles, 8 de abril de 2015

¡Jesús, yo confío en Ti!



Mensaje de Jesús

¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?.
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo irá mejor.
Cuando te entregues a mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios.
No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, 
como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.
Cierra los ojos del alma y dime con calma:

¡Jesús, yo confío en Ti!

Evita las preocupaciones angustiosas y los  pensamientos sobre lo que puede suceder después. 
No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas.
Déjame ser DIOS y actuar con libertad.
Entrégate confiadamente a mí.
Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro, dime frecuentemente:

¡Jesús, yo confío en Ti!

Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas, y querer resolver las cosas a tu manera, cuando me dices:

¡Jesús, yo confío en Ti!

No seas como el paciente que le dice al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo.
Déjame llevar con mis brazos divinos, no tengas miedo, yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando, cierra los ojos del alma y confía.
Continúa diciéndome a toda hora:

¡Jesús, yo confío en Ti!

Necesito las manos libres para poder obrar.
No me ates con tus preocupaciones inútiles,
Satanás quiere eso, agitarte, angustiarte y quitarte la paz. Confía en mí; reposa en mí. Entrégate a mí. Yo hago los milagros en la proporción de la entrega y confianza que tienes en mí. Así que no te preocupes. Echa en mí todas tus angustias y duerme tranquilo.
Dime siempre:


¡Jesús, yo confío en Ti!