domingo, 26 de marzo de 2017

Amadísimo Padre San Pío de Pietrecina



Tú que has llevado sobre tu cuerpo los estigmas de Nuestro Dios Jesucristo. Tú que también has llevado la Cruz por todos nosotros, soportando los sufrimientos físicos y morales que te flagelaron continuamente el alma y el cuerpo, en un doloroso martirio.

Te rogamos, intercedas ante Dios Todopoderoso para que cada uno de nosotros sepa aceptar las pequeñas y grandes Cruces de la vida, transformando cada individual sufrimiento en un seguro vinculo que nos ata a la Vida Eterna.

“Conviene acostumbrarse a los sufrimientos que Jesús os manda. Jesús que no puede soportar veros sufrir, vendrá a solicitaros y a confortaros, infundiendo nuevo ánimo en vuestro espíritu”.

Padre Pío

domingo, 12 de marzo de 2017

Oración para la Cuaresma



Padre de bondad y amor,
estamos a punto de iniciar la cuaresma.

Ayúdanos a prepararnos para hacer de este,
un tiempo productivo que nos lleve a descubrir lo profundo de tu amor,
y que al final descubramos en la imagen de Jesús crucificado,
que eres un Dios vivo y verdadero.

Amén.

sábado, 4 de febrero de 2017

Invocación a la Santa Cruz



Dios Todopoderoso que habéis sufrido la muerte sobre el árbol de la Cruz, por nuestros pecados, acompañadme,

Santa Cruz de Jesucristo, sed mi esperanza,

Santa Cruz de Jesucristo, tened piedad de mí.

Santa Cruz de Jesucristo, rechazad de mí toda arma cortante.

Santa Cruz de Jesucristo derramad sobre mí todo bien.

Santa Cruz de Jesucristo descartad de mí todo mal.

Santa Cruz de Jesucristo haced que alumbre el camino de la salud.

Santa Cruz de Jesucristo, rechazad de mí todo atentado de muerte.

Santa Cruz de Jesucristo, presérvame de accidentes corporales y temporales.

Que adore la Santa Cruz de Jesucristo por siempre; Jesús de Nazareth crucificado, tened piedad de mí.

Haced que el espíritu maligno y nocivo, huya de mí, por los siglos de los siglos.

Amén.

domingo, 15 de enero de 2017

Bendición de San Francisco de Asis



El Señor te bendiga y te guarde, te muestre su rostro y tenga misericordia de ti.

Te mire benignamente y te conceda la paz.

El Señor te bendiga hermano….

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Adoración al niño Jesús



Os adoro, amable Niño del pesebre,
el más humilde y el más grande de los hijos de los hombres,
y el más pobre y el más rico,
el más débil y el más poderoso.

Os bendigo, porque os habéis dignado descender hasta mí,
para ser mi modelo en la práctica de todas las virtudes,
mi guía en las dificultades de la vida
y mí, consuelo en los días de aflicción.

Os amo, porque venís a mí con amor infinito;
con amor generoso, al que no cansan mis ingratitudes;
con amor obsequioso,
que se anticipa a los tardíos impulsos de mi corazón;
con amor paciente,
que espera mi conversión para amarme más tiernamente aún.

Por eso, con el corazón lleno de agradecimiento,
de rodillas al pie de este lecho de paja,
os adoro, bendigo y amo,
con todo el fervor de mi alma,
y me atrevo a levantar mis ojos hasta mi Dios,
que se digna mirarme.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Sermón en la Navidad del Señor



Hoy, queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador; alegrémonos. No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eternidad prometida.

Nadie tiene por qué sentirse alejado de la participación de semejante gozo, a todos es común la razón para el júbilo: porque nuestro Señor, destructor del pecado y de la muerte, como no ha encontrado a nadie libre de culpa, ha venido para liberarnos a todos. Alégrese el santo, puesto que se acerca a la victoria; regocíjese el pecador, puesto que se le invita al perdón; anímese el gentil, que se le llama a la vida.

Pues el Hijo de Dios, al cumplirse la plenitud de los tiempos, establecidos por los inescrutables y supremos designios divinos, asumió la naturaleza del género humano para reconciliarla con su Creador, de modo que el demonio, autor de la muerte, se viera vencido por la misma naturaleza gracias a la cual había vencido.

Por eso, al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Gloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que aman al Señor. Ellos ven en efecto, que la Jerusalén celestial se va edificando por medio de todas las naciones del orbe. ¿Cómo pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo intenso?

Demos, por tanto, queridos hermanos, gracias a Dios Padre por medio de su Hijo, en el Espíritu Santo, puesto que se apiadó de nosotros a causa de la inmensa misericordia con que nos amó; estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, para que gracias a él fuésemos una nueva criatura, una nueva creación.

Despojémonos, por tanto, del hombre viejo con todas sus obras y, ya que hemos recibido la participación de la generación de Cristo, renunciemos a las obras de la carne.

Reconoce, cristiano, tu dignidad y, puesto que has sido hecho partícipe de la naturaleza divina, no pienses en volver con un comportamiento indigno a las antiguas vilezas. Piensa de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro. No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas y trasladado a la luz y al reino de Dios.

Gracias al Sacramento del bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo; no se te ocurra ahuyentar con tus malas acciones a tan noble huésped, ni volver a someterte a la servidumbre del demonio; porque tu precio es la sangre de Cristo.

Sermón de San León Magno, Papa