domingo, 17 de marzo de 2019

Porque fue varón justo



Porque fue varón justo,
le amó el Señor,
y dio el ciento por uno
su labor.

Humilde magisterio
bajó el que Dios aprende:
¡que diga, si lo entiende,
quien sepa de misterio!
si Dios es cautiverio
se queda en aprendiz,
¡aprende aquí la casa de David!

Sencillo, sin historia,
de espalda a los laureles,
escalas los niveles
más altos de la gloria.
¡Qué asombroso, hacer memoria,
y hallarle a tu ascensión
tu hogar, tu oficio y Dios como razón!

Y, pues que el mundo entero
te mira y te pregunta,
di tú como se junta
ser santo y carpintero,
la gloria y el madero,
la gracia y el afán,
tener propicio a Dios y escaso el pan.

sábado, 16 de marzo de 2019

Ofrecimiento de tu trabajo



Te ofrezco, Señor, este mi trabajo.
Ayúdame a hacerlo bien, por amor a ti y a los demás.

Santa María, Ángel de mi guarda, interceded por mí.

sábado, 2 de marzo de 2019

Oración de la mañana



Te doy gracias, Dios mío, por haberme creado, redimido, hecho cristiano y conservado la vida.

Te ofrezco mis pensamientos, palabras y obras de este día.

No permitas que te ofenda y dame fortaleza para huir de las ocasiones de pecar.

Haz que crezca mi amor hacia ti y hacia los demás

domingo, 24 de febrero de 2019

Oración al ángel de la guarda



Ángel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mí que soy vuestro encomendado, alumbradme hoy, guardadme, regidme y gobernadme.

Amén.

domingo, 6 de enero de 2019

Jornada de la Sagrada Familia 2018


Padre mío, me abandono a ti.
Haz de mí lo que quieras.

Lo que hagas de mí te lo agradezco;
estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo.
Con tal de que tu voluntad  se haga en mí
y en todas tus criaturas
no deseo nada más, Dios mío.

Pongo mi vida en tus manos.
Te la doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque te amo
y porque para mí amarte es darme,
entregarme en tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque tú eres mi Padre.

Charles de Foucauld

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Señor Santo, Padre Todopoderoso


Creador incomprensible, yo te adoro. Soy ante ti como un poco de polvo, un ser de ayer, de la hora pasada. Me basta retroceder sólo unos pocos años, y no existía todavía… Las cosas seguían su curso sin mí. Pero tú existes desde la eternidad. ¡Oh Dios!, desde la eternidad te has bastado a ti mismo, el Padre al Hijo y el Hijo al Padre. ¿No deberías también poderme bastarme a mí, tu pobre criatura?... En ti encuentro todo cuanto puedo anhelar. Me basta si te tengo…

¡Dáteme a mi como yo me doy a ti, Dios mío! ¡Dáteme tú mismo! Fortaléceme, Dios todopoderoso, con tu fuerza interior; consuélame con tu paz, que siempre permanece; sáciame con la belleza de tu rostro; ilumíname con tu esplendor increado; purifícame con el aroma de tu santidad inexpresable; déjame sumergirme en ti y dame de beber del torrente de tu gracia cuanto puede apetecer un hombre mortal, de los torrentes que fluyen del Padre y del Hijo; de la gracia de tu amor eterno y consubstancial.