viernes, 15 de marzo de 2013

Un viaje por la cuaresma

Dame fuerza, Señor, para adentrarme en mi interior
y encontrar lo que tú has sembrado en mí
para ofrecerlo a los demás.

Que tu Luz, Señor,
me haga ver la luz,
ilumine mi vida
y me ayude a comprender
lo que me da felicidad y sentido.

Gracias, Señor,
por todos los que me han transmitido la fe
y me ayudan a hacerla más intensa, más profunda,
más personalizada, más madura.

Que te conozca, Señor,
y me conozca a mí, como tú me conoces,
para que irradie tu amor
a toda persona que se relacione conmigo.

Ayúdame, Señor, a caminar por tus caminos.
Que nada ni nadie
me aparte de tu amor de Padre

Venga, Señor, tu Reino a mi vida,
a nuestro mundo,
a nuestra casa,
a nuestras relaciones humanas.

Haz que luche por construir
un ambiente más habitable
con mi presencia sencilla y cercana.

Señor, enséñame a orar con limpio corazón,
con sentido profundo,
con perseverancia y asiduidad,
para que sepa discernir tu voluntad.

Señor, empújame a ser más, a vivir más intensamente,
a desarrollar todas mis capacidades, a luchar por mejorar.
Que no me deje vencer por la comodidad.

Te miro, Señor, y tú me miras.
Haz que encuentre en ti la fuerza que me guía.

Señor, enséñame a vivir tus enseñanzas
desde el interior y sin barreras.
Que ellas fecunden en mí
los buenos propósitos que guían mi vida.

Ayúdame, Señor, a descubrir quién me necesita,
a quién puedo echar una mano,
y dame fuerza para acompañarle, escucharle
y estar a su lado.

Creo, Señor, pero aumenta mi fe.
Dame la alegría de saberte cercano,
y la confianza de sentir
que tú siempre estás a mi lado.

Quiero, Señor, marchar por tus caminos,
rechazar los ídolos que no me dejan
acercarme a ti,
 y arraigarme en tu amor.

Ayúdame, Señor,
a desarrollar 
lo mucho y bueno
que has sembrado en mí.

Ayúdame, Señor, a discernir mis caminos,
a descubrir lo que ayuda a crecer y madurar,
lo que conduce al encuentro contigo
y con los hermanos

Ayúdame, Señor, a ser servidor de todos,
con sencillez, con humildad, con sinceridad, con amor.

viernes, 8 de marzo de 2013

Dieron muerte al heredero

Dieron muerte al Heredero,
su oblación es haz de luz,
reina Dios desde el madero,
fulge el signo de la cruz.

En los cielos contemplamos
nuestra prenda tan locuaz
como símbolo divino
de salud, de amor, de paz.

¡Resplandece, brilla, avanza,
oh estandarte del gran Rey!
¡Oh cruz, única esperanza
y resumen de su ley!

Que presidas nuestra suerte
-cada cual con nuestra cruz-
y en la hora de la muerte
nos conduzcas a Jesús.

Gloria al Padre con el Hijo y el Espíritu de amor;
las tres personas reciban por la cruz igual honor.
Amén





Fuente: liturgia de las horas

sábado, 2 de marzo de 2013

Oración ante el crucifijo de San Damián

Oh alto
y glorioso Dios,
Ilumina las tinieblas
de mi corazón.

Dame fe recta,
Esperanza cierta,
Caridad perfecta,
Sentido y conocimiento
Para que cumpla
Tu santo y veraz
mandamiento





San Francisco de Asís

sábado, 23 de febrero de 2013

Cuando vuelto hacia ti de mi pecado

Cuando vuelto hacia ti
de mi pecado
iba pensando
en confesar sincero
el dolor desgarrado
y verdadero
del delito
de haberte abandonado;



Cuando pobre volvíme a ti humillado,
me ofrecí como inmundo pordiosero;
cuando, temiendo tu mirar severo,
bajé los ojos, me sentí abrazado.


Sentí mis labios por tu amor sellados
y ahogarse entre tus lágrimas divinas
la triste confesión de mis pecados.


Llenóse el alma en luces matutinas,
y, viendo ya mis males perdonados,
quise para mi frente tus espinas.


Amén.

sábado, 16 de febrero de 2013

Este es el día del Señor

Este es el día del Señor
Este es el tiempo de la misericordia.

Delante de tus ojos ya no enrojecemos
a causa del antiguo pecado de tu pueblo.

Arrancarás de cuajo el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde de corazón sincero.

En medio de los pueblos nos guardas
como un resto, para cantar tus obras
y adelantar tu reino.

Seremos raza nueva para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe, según tu Primogénito.

Caerán los opresores y exultarán los siervos; los hijos del oprobio serán tus herederos.

Señalarás entonces el día del regreso
para los que comían su pan en el destierro.

¡Exulten mis entrañas! ¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor, que es justo, revoca sus decretos:

la salvación se anuncia donde acechó el infierno, porque el Señor habita en medio de su pueblo.

Amén.


Fuente: liturgia de las horas

sábado, 9 de febrero de 2013

Oración al levantarse

Yo te adoro, Señor y Padre mío,
Y te amo con todo mi corazón.

Te doy gracias por haberme creado y hecho cristiano
Y por el nuevo día que me regalas.

Te ofrezco las acciones de este día.

Haz que sean según tu voluntad y para mayor gloria tuya.

Líbrame del pecado y de todo mal.

Que tu gracia esté siempre conmigo
Y con todos los que yo quiero.

AMÉN.

sábado, 2 de febrero de 2013

TE DEUM ( a ti Dios)

A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.

A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos,
los cielos y todas las potestades te honran.

Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.

Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza
el glorioso coro de los Apóstoles,
la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te proclama:

Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.

Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.

Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.

Creemos que un día
has de venir como juez.

Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.

Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.

Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.

Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.